Tradición y adrenalina en la 44° Carrera de Coches de Madera “Jorge Aguilar Veintimilla”

La tradicional carrera de coches de madera que no puede faltar en las fiestas de Quito, se reeditó la mañana de este sábado 25 de noviembre en la bajada de la calle Las Casas, desde la Ricardo Villavicencio, hasta la Fray Gaspar de Carvajal. Se trató de la Edición # 44 denominada “Jorge Aguilar Veintimilla”, en homenaje a uno de sus creadores.

El Alcalde de Quito, Mauricio Rodas, fue el encargado de dar la largada a esta carrera en la que en esta ocasión se inscribieron alrededor de 60 niños y niñas que llegaron con coches de todas las formas, modelos y colores, pero absolutamente todos elaborados, como su nombre lo indica, “de madera”.

Mauricio Rodas destacó la tradición de la carrera. “El Municipio de Quito apoya con mucho gusto esta competencia tan legendaria de la ciudad. Estamos muy contentos para seguir fortaleciendo y recatando las tradiciones quiteñas”, señaló.

El Alcalde aprovechó esta oportunidad para recordar algunas recomendaciones que se deben tomar en cuenta para vivir estas fiestas en paz. “Primero les invito a conocer la agenda de eventos que el Municipio de Quito ha preparado y luego pedirles que las disfruten al máximo pero cuidando la seguridad, con responsabilidad, con moderación para festejar a Quito como se merece por todo lo alto”, dijo.

La Banda Municipal de Quito alegró con su música esta competencia. También se notó la presencia de otras entidades como la EPMMOP, Policía Metropolitana, AMT, Policía Nacional ECU 911.

Fue una fiesta familiar

Padres, madres, hermanos, tíos, abuelitos, amigos de las niñas y niños competidores llenaron los alrededores tanto del sitio de la largada como de la llegada.

Había mucho entusiasmo y seguridad, pero también nervios y adrenalina, tanto en los niños como en sus acompañantes.

Preparados para la largada los pequeños ultimaban detalles en sus implementos para proteger su seguridad. Entre ellos estaba Andrés Valencia, de 14 años de edad. El llegó desde el redondel Atahualpa y comentó que con esta ya son siete años que participa. “Por suerte nunca me he matado porque siempre le reviso bien al coche, ahora está más desarrollado que nunca”, señaló.

Jordi Chancusig también montaba otro coche, dice que ya corre cinco años. Ahora lo hizo con uno elaborado por su tío Rodrigo. El pequeño de 13 años se veía bien equipado con casco, coderas, rodilleras y tres camisetas para que en caso de que algo pase, proteger su cuerpo.

Pero también había otros niños y niñas más pequeñitos. Matías Acuña, de 9 años dijo muy entusiasta que ya es “viejo” en esto, pues ha corrido desde los 6 años. Junto a él estaba su madre, Gina Yapu, quien llegó desde Carcelén. “El no se pierde esta carrera, yo le protegí con las coderas, rodilleras y el resto que piden. El coche le hizo mi papá con la ayuda de mis hermanos”, señaló.

Pero no solo había varones, también estaban niñas, una de ellas Tanina Pallaro, de 13 años. Ella llegó desde el Valle de los Chillos. “Este es mi primer año, pero estoy con toda la confianza que todo me va a ir muy bien”.

Doña Silvia Jiménez, quien habita en Luluncoto llegó con su pequeña Gissel, de 7 años. “Este es el segundo año que va a correr, comenzó a los 6, ya no tengo miedo porque ya participó y por suerte no hubo novedad. El coche le hizo mi marido y ya voy a darle la bendición para que no le pase nada”, señaló.

Los premios

Quienes lleguen a la final obtendrán un diploma y una condecoración. Los que clasifiquen ganan 500 300 y 200 dólares, señalaron los organizadores.

Para el 30 de noviembre está prevista la segunda edición de esta competencia, será a partir de las 16:00 en la calle Río de Janeiro, desde la Nicaragua hasta la Venezuela; y, la gran final está prevista para el 3 de diciembre, a partir de las 08:30 en la calle Mejía, desde la calle López hasta la Venezuela.

Algo de historia

Según cuenta la historia la carrera de coches de madera nació en Quito en la época de los 50, cuando la ciudad se extendía hasta la estación del tren en Chimbacalle, en el sur, y hasta el parque El Ejido, en el norte.

En este escenario, un joven quiteño, Jorge Aguilar Veintimilla, se deslizaba en sus coches de madera por las cuestas de San Roque esquivando los pocos vehículos que entonces circulaban por las franciscanas calles de Quito.

Estas bajadas a las que desafiaba Aguilar, despertaron también el interés de otros jóvenes que empezaron a competir entre sí al construir el coche más grande, el más veloz o el más lindo y así impresionar a las jóvenes.

Poco a poco, la ciudad se hizo más transitada. Creció el número de personas y de autos. Surgieron otros juguetes como la patineta, los patines y llegó la televisión y los coches fueron quedando en el olvido, hasta que esta práctica se perdió.

Sin embargo, ese niño de San Roque decidió, en 1973 cuando trabajaba en radio Colón, revivir la tradición y organizó el Primer Campeonato de Coches de Madera en la avenida 12 de Octubre, en homenaje a los niños que estaban internados en el hospital Baca Ortiz. Con un trayecto de 1.100 metros, en aquel entonces participaron 25 corredores.

A partir de ese momento, año tras año, a excepción del año 2009 en que falleció Jorge Aguilar Veintimilla, se realiza la competencia y actualmente es su hermano, Marco Aguilar, quien está al frente del certamen que ya es un evento imprescindible de las Fiestas de Quito.

Justamente, Marco Aguilar, estuvo ajetreado este sábado 25 de noviembre en esta 44 Edición de la carrera. El llegó desde muy temprano al sitio de la largada y atendió detalles del evento, luego concedió varias entrevistas a medios de comunicación para contar detalles de esta hermosa tradición.

“Esto nació en la época cuando todo era de madera: ollas, platos, trompos, cucharas de madera. En la Plaza Victoria también había un carpintero que se dedicó hacer los coches de madera, entonces en una navidad lo mejor era en vez de hacer bicicleta, correr en los coches de madera…..” señaló don Marco Aguilar.

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