Jóvenes con discapacidad intelectual participan en reforestación

Una minga para reforestar los senderos que suben al Rucu Pichincha, se cumplió el sábado 23 de febrero con la participación de la farmacia Sana Sana y  jóvenes con discapacidad intelectual, que forman parte de esta empresa.

La minga de reforestación, coordinada por el Municipio de Quito a través de la Administración Zonal Manuela Sáenz (AZMS), con el apoyo del Teleférico de Quito, inició a las 08:30 y la colaboración de los jóvenes que participaron en la siembra con mucho entusiasmo, junto a sus padres.

Bien abrigados y con pala en mano procedieron a realizar los hoyos, plantar los árboles y colocar estacas en algunas plantas que se encontraban frágiles.

Juan Pablo Molina de 33 años, es un chico con síndrome de Down, se sentía  emocionado con esta actividad. Muy orgulloso de ser parte del equipo de Sana Sana mostraba su camiseta verde de la empresa y comentó: “hacemos todo lo que podemos, hay que cuidar los árboles, no quemarlos, el árbol es grande para nosotros, hay que cuidar la naturaleza”.

Juan Pablo junto a otros jóvenes como Carito, Ángel, Vanesa; el  gerente de operaciones de la Región Sierra, Jorge Lara; el equipo de trabajadoras sociales; los padres de los chicos y los funcionarios municipales, plantaron alrededor de 80 árboles.

Para Franklin Mosquera, padre de Vanesa, es importante crear en los niños el hábito del cuidado de la naturaleza. Comentó que en su casa tienen un pequeño jardín, inculcando siempre a su hija a cuidar las plantas. Vanesa tiene 25 años y trabaja hace 7 años en Sana Sana.

La Farmacia Sana Sana tiene en su nómina de empleados a estos jóvenes con discapacidad intelectual, quienes aportan mucho en trabajos administrativos, manuales, elaboración de fundas, apertura de valijas, entre otras labores, el aporte de ellos es productivo para la compañía.

“Me parece espectacular, los chicos sienten que están aportando. Sobre todo lo del Municipio me parece una labor muy interesante de inclusión con estas personas, que realmente muchas veces pensamos que no podrían aportar al cien por ciento y en realidad en el caso de Sana Sana son los que más aportan” expresó Jorge Lara.

Aurimar Vílchez, trabajadora social de Sana Sana también sembró algunos árboles juntos a los jóvenes. Ella los cuida mucho y está muy atenta a cada uno de ellos. Los chicos le demuestran mucho cariño, “Estoy súper feliz por los chicos, había mucha expectativa, es un equipo bastante cohesionado, la pasaron muy bien en otro tipo de ambiente para ellos” afirmó.

El año pasado a través del Municipio de Quito se sembró alrededor de 1.500 árboles en los senderos de Cruz Loma y este año se espera sembrar un número similar en el mismo sitio y otros mil en diferentes espacios verdes de la Zona Centro, a fin de motivar a diferentes grupos a preservar el ambiente.

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