En las aulas del Fernández Madrid se forja un escritor

Alan Loza, estudiante noveno de educación básica, tiene 13 años; su pasión por la escritura nació cuando le regalaron una libreta pequeña, en ella escribió un cuento corto, fruto de su imaginación.

Desde entonces ha fortalecido su pasión por escribir y es así que ya cuenta con varios poemas de su autoría y ya desarrolló el primer capítulo de un relato al que ha titulado “El Viajero de Brandemburgo”.

Cuando se le pregunta, si quiere ser escritor, se le iluminan sus ojos y con una sonrisa cómplice responde con un rotundo sí.

La escritura para Alan se ha convertido en su aliada, ella le permite expresar sus sentimientos, sus emociones, “Es mi forma de entender mejor las cosas, saber mucho más y poder expresarme hacia afuera”. Es que para Alan escribir le proporciona alegría.

Este joven escritor narra sobre aventuras, viajes imaginarios a otros países, a otros pueblos; cuenta sobre la vida de la gente, sobre esos primeros amores, esas penas de adolescente, anécdotas y secretos que son revelados a través de las letras de forma más “abstracta”, según el mismo lo dice.

Además de escribir, a este pequeño contador de historias, le gusta investigar y alimentar más su conocimiento. Saber, por ejemplo, cómo fabricar un avión, se pregunta cómo viven las personas en la pobreza o por qué hay muchos conflictos en el mundo, entre otros temas.

Su madre, mujer de amplia sonrisa se siente orgullosa de Alan. Es ella, quien acompaña los pasos de su pequeño escritor y lo motiva a continuar en este hermoso camino que de seguro le brindará gratificantes logros.

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