Registro de la Propiedad se alinea y apoya 100% la política animalista del Municipio de Quito

Desde el pasado 10 de julio, el Registro de la Propiedad del Distrito Metropolitano de Quito tiene como parte de su equipo un miembro muy especial. Se trata de Samay, una perrita de raza castellano que es parte de la familia de la entidad municipal y que se ha convertido en la consentida de todos los funcionarios.

Samay, nombre de origen quichua que significa «soplo de vida», es una perrita rescatada que tiene 12 años de edad y que sufrió maltrato animal. Desde su llegada a la emblemática institución los funcionarios del Registro de la Propiedad la acogieron como un miembro más del equipo.

Su nueva familia se organizó para entregar un aporte económico semanal y con ello contar con un fondo que permita adquirir todos los implementos caninos que necesita: collar, correa, recipientes para agua y la comida que más le gusta.

Samay se ha ganado todo el cariño de quienes laboran en la entidad registral, cada día visita y comparte en un piso diferente, de los 8 que tiene el Registro, así se va familiarizando con todos quienes le prestan los cuidados y le brindan cariño.

Los paseos diarios son su mayor alegría y usar el ascensor es su máxima diversión. Los compañeros organizados han creado un grupo de WhatsApp para mantener la comunicación y decidir a quién le corresponde el turno de llevar a Samay los fines de semana o días feriados. La idea es no dejarla sola, pues incluso en las noches queda al cuidado de los guardias de seguridad que permanecen en el edificio del Registro ubicado en la avenida Amazonas N31-181 y Marina de Jesús.

La pequeña Samay también ha disfrutado de paseos familiares y salidas en feriados largos. Varias compañeras de la entidad han compartido con ella actividades tales como: una acampada en Cochasquí fue parte de un paseo a Papallacta y una excursión a Nono.

El cuidado que le brinda el personal del Registro se complementa con llevarle a la peluquería canina para que siempre este bien presentada. Su salud también ha sido bien tratada con visitas periódicas al veterinario para controles y que pese a su edad permanezca en buen estado.

Así es Samay una pequeña perrita que se ha ganado todo el cariño de quienes conforman el Registro de la Propiedad, recorriendo todos los pisos, todos los puestos de trabajo de los funcionarios para que le brinden una caricia. Samay, sin duda, es parte de la familia registral.

 

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