Coladas Moradas 2019: celebración de la muerte como continuación de la vida

Alcaldía de Quito, Quito Turismo y la Universidad de Las Américas reconocen a las 20 mejores coladas moradas y guaguas de pan de Quito. El evento se realizará en el Convento de San Diego, resaltando la belleza del Centro Histórico, este 29 de octubre, a las 18:30. Este año se resalta la riqueza de nuestra cultura, tradiciones fruto de la unión entre la cosmovisión andina y española, lo que nos hace únicos en el mundo.

Una de las tradiciones culinarias más importantes del país es la preparación de la colada morada y guaguas de pan. Esta tradición conmemora el Día de los Difuntos y desde la cosmovisión andina celebra la muerte como una continuación de la vida. Por ello, es habitual que aún hoy, los familiares lleven comida y bebida a los cementerios, pues es una forma de compartir con sus seres queridos que han fallecido.

Debido a la importancia que tiene este rito en la cultura ecuatoriana, este año el evento ‘Coladas Moradas 2019. La celebración de la muerte como continuación de la vida’ organizado por la Alcaldía de Quito, Quito Turismo y Universidad de Las Américas (UDLA) conmemora esta tradición.

En este marco, como todos los años, se reconocerán a los establecimientos turísticos, hoteles, restaurantes y cafeterías que preparan las mejores coladas moradas y guaguas de pan de la ciudad de Quito.

Pero también, este año, los establecimientos recordarán a sus seres queridos que han dejado este mundo y durante la premiación realizarán una ofrenda a quienes dedican sus preparaciones. Simbolizando de esta forma la tradición de todos los ecuatorianos de llevar comida al lugar donde descansan sus familiares en los cementerios más tradicionales y emblemáticos.

Esta es una demostración más de la fusión de la cultura andina y española, que hacen las tradiciones ecuatorianas tan ricas y únicas en el mundo. Este año, el convento de San Diego, junto al cementerio más emblemático de la capital, será el escenario de la premiación a los 20 establecimientos que preparen las mejores coladas moradas y guaguas de pan. Estos locales estarán divididos en las categorías de: hoteles y restaurantes (urbano y rural), cafeterías y panaderías y nuevas tendencias.

La fecha de premiación será el día martes 29 de octubre del 2019, a las 18:30, en el Convento de San Diego (Calle Calicuchima 177 y Francisco Farfan, junto al Cementerio de San Diego). Los invitados al evento podrán disfrutar de degustaciones de coladas moradas y guaguas de pan, productos elaborados por pequeños productores, exposición de figuras de masapan, presentaciones teatralizadas de Quito Eterno sobre la importancia de la muerte, sabores, tradiciones, creencias y unión.

De igual manera, sin dejar de lado el modelo de gastronomía sostenible de la Escuela de Gastronomía de la UDLA, se realizará una ceremonia de reconocimiento a los agricultores ecológicos que trabajan de la mano con el Programa de Pequeñas Donaciones de las Naciones Unidas y con el Ministerio de Agricultura y que aportan cada año con los ingredientes más sanos y socialmente responsables para preparar la colada morada. Esta premiación se realizará en la misma fecha y lugar, a las 16:30 y contará con la presencia de 10 asociaciones de pequeños productores agroecológicos que también mostrarán sus productos en la feria de degustación.

De esta manera; la gastronomía nos une a todos los quiteños, en un lugar emblemático, que busca rescatar la belleza e importancia del Centro Histórico. Así como, recordar que nuestra cultura es producto de esta unión entre la cosmovisión andina y española, lo que nos hace un país con tradiciones únicas en el mundo como las coladas moradas y guaguas de pan.

Convento San Diego

Está ubicado en la calle Gral. Francisco Farfán Oe-9 y Chimborazo. Es un templo patrimonial cuya construcción inició en 1598, cuando la Orden Franciscana obtuvo la autorización para la construcción de la recoleta. Según narra la historia, en su sitio web, alrededor de 1650 San Diego ya oficiaba como una casa de retiro para veinte religiosos de penitente vida. Todavía faltaban pequeños detalles, por lo que en 1689 fue nombrado obrero mayor de la construcción el famoso Padre Manuel de Almeida”. Hacia la mitad del siglo XVIII (1750), el Convento fue concluido totalmente.

 

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