La calidad será el diferenciador del Metro de Quito
Se acerca el inicio de la operación del Metro de Quito, el proyecto más ambicioso de transporte masivo de pasajeros en el país, planificada para el último trimestre de este año, 2020.
Uno de los temas de interés gira alrededor del inicio de la operación del Metro es sobre las tarifas. En primer lugar, es importante diferenciar la tarifa, que es lo que cada usuario pagará para acceder al servicio, del costo del servicio, que implica todos los costos que se generan para garantizar que el servicio se brinde. En general, muy pocas veces el valor de la tarifa coincide con el costo del servicio debido a varios factores como subsidios, rentabilidad u otros.
Dentro de los parámetros a considerar como parte de lo que implica el servicio, constan costos fijos (como seguridad, salarios, limpieza, seguros, entre otros) y variables (como energía, mantenimiento de trenes por kilómetro recorrido, mantenimiento por el uso y otros). Así como la previsión a largo plazo en términos de sostenibilidad del sistema, renovación de flota, etc. Más aún, dentro del costo de servicio se debe incluir las previsiones de calidad que garanticen que la experiencia de viajar en el Metro de Quito sea única e inigualable.
Esta calidad se puede medir de muchas maneras, de hecho, el Metro de Quito responderá a indicadores estándar de calidad, que serán determinantes para hacer de esta obra un ejemplo a seguir.
Para elevar la calidad del servicio a brindar en la Capital se prevén factores como: limpieza continua en trenes y estaciones, seguridad tanto con guardias como cámaras de vigilancia las 24 horas, horarios extendidos de atención, frecuencia de alrededor de un tren cada cuatro minutos, sistemas de información continua.
Todos estos elementos son valores que suman a que la calidad de vida de los usuarios mejoren desde varias perspectivas, haciendo cada viaje más seguro, corto, cómodo y diferente a los servicios actuales de transporte disponibles en la ciudad y el país. Será la calidad la que genere una gran diferencia en el servicio a brindar.
La EPMMQ reafirma su compromiso de construir la obra de movilidad y transporte más importante de la historia moderna de la ciudad.
La calidad del Metro es innegable; viajar en el Metro entre los puntos de cobertura de este modo será de gran provecho para la ciudadanía; sin embargo, el complemento del viaje de cada usuario está vinculado a la forma de integrarse con otros modos y subsistemas de transporte de pasajeros. Si la integración con otros servicios es adecuada, eso quiere decir, que en la estaciones de transferencia intermedias hayan las facilidades para acceder al Metro. El viaje que realice cada pasajero, esta vinculado a que cada etapa sea de la misma calidad que ofrece el Metro en su itinerario. El desafío es ese. Entonces, el factor clave esta en los social y no en el costo. En lo social, porque hay que agregar pasajeros al Metro y esta demanda esta dispersa y la mejor forma de integrarla al Metro es a través de los otros servicios de transporte, sean estos los corredores y el susbsistema convencional. La demanda debe ser inducida hacia el Metro y lamentablemente no se ha diseñado infraestructura complementaria, como son estaciones de integración en algunos corredores de transporte. La tarifa, en efecto esta debe vincular el nivel de calidad, que es ser confiable, es decir que el pasajeros o usuario llegue a tiempo a realizar sus actividades urbanas; regular, que en verdad se cumpla con la frecuencia e intervalo; seguro y accesible, esa característica si la cumple, la otra seguridad, la ciudadana, dependerá del nivel de colaboración de otras instancias y el confort, el viaje será totalmente confortable, a pesar que se viaje de pie, ya que será por tiempos cortos. Entonces, ponerle el precio al pasaje, desde el enfoque social, deberán pagar más los que usen el Metro desde el hípercentro que los que hagan más transbordos, estos últimos son los de menos recursos. Otro detalle, no existe sistema de recaudo y su implementación y socialización no va a estar a tiempo. Creo este será el mayor reto de aplicación. Estamos para arrimar el hombro y que está inversión de tres administraciones sea justa y cumpla con la mejora de calidad de vida de los y las Quiteñas.
Considero que ya se debería haber iniciado una campaña de educación a la ciudadanía sobre el correcto uso del sistema y cuáles son las reglas a seguir dentro del mismo pues para que funcione de manera adecuada hace falta que la ciudadanía colabore y sepa cómo usarlo a fin de que su vida útil y eficiencia sean las mejores. Con desesperación veo televisiones tanto en paradas como en articulados apagadas, mientras podrían transmitir ya mensajes educativos sobre la cultura metro.
Primero preocupense de limpiar las par des de la ciudad de Quito y de meter presos a los grafiteros delincuentes que ensucian la ciudad, ellos deben pagar su daño obligándoles a que sean ellos mismos quienes se encarguen de limpiar las paredes. Antes de estar promoviendo «cultura metro» y otras pendejadas deberían preocuparse de la imagen y servicios que brindan a la ciudad.
Primero preocupense de limpiar las paredes de la ciudad de Quito y de meter presos a los grafiteros delincuentes que ensucian la ciudad, ellos deben pagar su daño obligándoles a que sean ellos mismos quienes se encarguen de limpiar las paredes. Antes de estar promoviendo «cultura metro» y otras pendejadas deberían preocuparse de la imagen y servicios que brindan a la ciudad.
La educación cívica es un factor de gran importancia para la convivencia y el cuidado de lo público y privado.
En Medellín, el sistema metro implementa una «cultura» que ha hecho posible que los trenes y estaciones estén muy bien cuidados. El «paisa» no importa de dónde venga, cuida lo que es paisa. Se preocupa que esté limpio y le da el uso adecuado