Efectos positivos del covid-19 en el aire de Quito

Desde el 13 de marzo, cuando inició la medida de restricción o cuarentena, la concentración de contaminantes como el monóxido de carbono (CO), dióxido de nitrógeno (NO2), material particulado fino, (PM2,5) y dióxido de azufre (SO2), muestran una caída de las concentraciones desde los inicios de la medida hasta la fecha, en la ciudad capital, según lo reporta la Red Metropolitana de Monitoreo Atmosférico de Quito de la Secretaría Metropolitana de Ambiente.

Aunque los efectos de la reducción de los contaminantes por la epidemia del covid-19 se sienten en el ambiente, aún es impredecible saber si esta disminución se mantendrá en el tiempo. Y tampoco se podrá comprobar si, efectivamente, hubo o no mejoramiento en la calidad de vida de las personas y la Naturaleza en general.

Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta pandemia ha provocado la paralización de las actividades cotidianas de las personas en más de 140 países en el mundo, lo que incide como un impacto ambiental positivo y alentador para la Naturaleza debido a la reducción de actividades en los sectores industriales, como fábricas, y la restricción vehicular, sobre todo el transporte convencional público.

Imágenes satelitales de países asiáticos y europeos, muestran datos asombrosos sobre la considerable reducción de emisiones contaminantes, especialmente del CO2 y otros gases que contribuyen al calentamiento global y al cambio climático. Estas imágenes captadas con tecnología satelital enfatizan en la disminución significativa de la concentración de contaminantes, como el dióxido de nitrógeno, luego de que se iniciara la cuarentena y en la medida en que las personas se quedan en casa y las industrias reducen el nivel de actividad día a día.

Es importante considerar que la contaminación ambiental proveniente, principalmente, de la combustión vehicular tiene efectos peligrosos sobre la salud de la ciudadanía, los cuales van desde problemas respiratorios hasta terminar en enfermedades catastróficas.

Ante esta realidad, es importante el uso de alternativas a la movilidad como el uso de la bicicleta, una herramienta básica para mantener el distanciamiento social y mantener las bajas concentraciones de contaminantes; algo que se convierte en prioritario cuando la ciudad comienza a recobrar su normalidad y se aprende a vivir con el virus.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *