Entregan Jardín de los Colibríes a la comunidad de El Tejar

El Jardín de los Colibríes, ubicado en la quebrada de El Tejar, fue entregado a la comunidad del sector. La Fundación Aves de Conservación y la Unidad de Ambiente de la Administración Zona Centro Manuela Sáenz son las instancias que apoyaron en la recuperación del parque junto a la comunidad. El nuevo jardín de colibríes se llama Fernando Ortiz Crespo.

Esta Fundación ganó los Fondos Consursables que otorga cada año la Secretaría Metropolitana de Ambiente, y aplicó para el proyecto de recuperación de la quebrada  Pillshuaico, ubicada al pie del Pichincha, en el sector de El Tejar, donde con el apoyo de estudiantes voluntarios de la unidades educativas, vecinos del sector y de los Cabildos de El Tejar y Toctiuco se realizaron varias mingas para recuperar la quebrada y ofrecer a la comunidad un espacio verde y seguro.

La Administración Zona Centro Manuela Sáenz coordinó los diferentes temas con las unidades educativas, el Cabildo del sector y la colaboración de Emaseo para la limpieza de la quebrada.

Marco Jiménez, técnico de la Unidad de Ambiente de la Administración Zonal informó que con los estudiantes voluntarios de las instituciones educativas Rafael Larrea y 10 de Agosto, y los vecinos del sector se sembraron alrededor de 700 plantas endémicas: arupos, calistemos, gasfuccias, salvias, centrópogos, en los alrededores del jardín, que ahora se le conoce como el Jardín de los Colibríes y a lo largo de la quebrada.

Las plantas sembradas corresponden a 630 especies de plantas arbustivas del vivero de Alambí de la Fundación Aves de Conservación, que es cuidado por las mujeres de ese lugar.

Estas especies de plantas son alimento para colibríes, mariposas y polinizadoras como las abejas e incluso murciélagos; 70 especies fueron donadas por la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas, Epmmop.

El nombre del jardín se puso en honor al biólogo estudioso de los colibríes, Fernando Ortiz Crespo, que trabajó en la conservación de las aves, explicó Nancy Rodríguez, de la Fundación Aves de Conservación.

Indicó que en la quebrada de El Tejar hay 80 plantas, 33 especies de aves, un anfibio y un reptil, la rana cutín de Quito y varias aves como: el huiracchuro, tangara, rigcha, gran variedad de colibríes, en total 33 especies de aves, que alegran con sus melodiosos cantos el lugar.

“De la quebrada se sacó más de 13 toneladas de basura, con el apoyo de la maquinaria y personal de Emaseo y Epmaps, gracias a la coordinación de la Zona Centro y la colaboración de los estudiantes y vecinos”.

Este es un paso importante para recuperar un espacio que históricamente fue muy importante para los indígenas, porque dotaba de agua a la ciudad, luego se convirtió en un punto peligroso, en basurero y escombrera. Ahora los vecinos deberán cuidar y proteger el espacio de aquí en adelante, aseveró. Rodríguez.

Héctor Araguillin, rector de la Unidad Educativa Diez de Agosto, considera que este es un proyecto excelente, que fue compartido con los estudiantes de la Unidad de dirige, para conservar el poco espacio verde que nos queda en el Distrito Metropolitano de Quito, además de conservar la flora y fauna.

Expresó que espera que se haga algo similar con la quebrada de La Chilena que colinda con la Unidad Educativa Diez de Agosto, porque es importante recuperar esas zonas olvidadas para que haya actividad turística y educativa a fin de desterrar las malas prácticas de gente que hace mal uso de esos espacios para drogarse y delinquir, pero estos proyectos contribuyen a ayudar a mejorar no solo el ecosistema sino el ambiente sociocultural de los vecinos.

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