La Recoleta de San Diego está lista para recibir al público

  • Este espacio conventual pertenece a la congregación de Franciscanos Descalzos de San Diego de Alcalá

Luego de ocho meses de trabajo, este miércoles 3 de marzo, el Municipio de Quito, a través del Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) entregó los trabajos de reforzamiento estructural e impermeabilización de las cubiertas del salón de actos del convento de San Diego, con una inversión aproximada de 206 mil dólares.

Raúl Codena, director del IMP, destacó que se hizo un trabajo muy pormenorizado, en plena pandemia, que ahora permite que se abra al público este tipo de espacios que son tan preciados y que realzan el patrimonio de la ciudad.

Fray Marco Tulio Beltrán, párroco del convento de San Diego, agradeció al Municipio por la adecuada gestión en la recuperación y conservación de los bienes patrimoniales y de este espacio que ahora se denominará salón de actos Fray José María Aguirre, OFM.

Al entregar la obra, el alcalde de Quito, Dr. Jorge Yunda Machado, destacó el legado patrimonial e histórico de este lugar e invitó a los turistas nacionales y extranjeros a visitar las maravillas de nuestro patrimonio tangible e intangible. “Debemos recorrer la historia del centro, del emblemático convento de San Diego y su magnificencia en torno a su construcción e identidad quiteña”.

Resaltó que pese a los avances tecnológicos o urbanísticos que tienen otras ciudades, nada se compara con transitar por los pasillos de un convento con más de 400 años de historia viva y sentir la magia, energía e identidad quiteña, aquí se originó la leyenda del padre Almeida que es muy conocida.

Yunda destacó que pese a las circunstancias difíciles y adversas que se enfrenta por la pandemia de la COVID-19, las instituciones municipales actuaron con responsabilidad para mantener vivo y recuperar el legado y patrimonio histórico de nuestra ciudad.

Obras realizadas por el IMP

Se realizaron trabajos en la cubierta, cielos rasos, vigas, muros y entrepisos, manteniendo las características propias del lugar que datan del siglo XVI. En la cubierta se reemplazó las vigas.

Los trabajos en los muros consistieron en el cosido de fisuras con cal y ladrillos acorde con la arquitectura del sitio, además, se realizaron cambios en la mampostería con madera la cual, estuvo previamente tratada contra los futuros ataques de xilófagos (insecto que se alimenta de madera).

Los cielos rasos fueron sustituidos respetando la armonía del lugar que fue previamente inspeccionado, dándole una mejor apariencia a este espacio. En los entrepisos se realizó un cambio de vigas transversales de piso, dándole una mayor estabilidad; el entablado del piso se hizo con duela con un acabado de laca semibrillante.

También se realizó una nueva instalación eléctrica para luminarias y tomacorrientes, se retiraron las instalaciones ya existentes para que no exista ningún riesgo.

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