Circo de Luz Quito forma en artes circenses a cerca de mil personas al año

Clown, música, danza, malabares, parkour, entre otras actividades artísticas, son las opciones que tienen adolescentes, jóvenes, adultos mayores que habitan en la capital, para aprender y practicar en sus tiempos libres, en los talleres del proyecto Circo de Luz Quito, de la Unidad Patronato Municipal San José.

Desde que empezó la pandemia por la COVID-19 los talleres se realizan de forma telemática, actualmente alrededor de 1000 personas participan en los ciclos formativos, junto a profesionales de las artes circenses. Incluso, algunos de los talleristas se unieron y continúan formándose precisamente en este espacio.

Desde su adolescencia, a Darío Simbaña (hoy de 29 años) le gustaba el circo y las destrezas lúdicas. Adquirió experiencia en varios lugares, pero llegó a un punto en el que necesitaba aprender más y fue cuando ingresó a los talleres del Patronato San José. Hoy es tallerista y enseña magia a adolescentes, jóvenes, adultos jóvenes y adultos mayores.

“En el Circo de Luz Quito he encontrado apoyo de mis compañeros y de las personas con las que trabajo.

Ingresé para alejarme de los problemas familiares porque en casa mis padres peleaban mucho y acá encontré amigos de verdad, que no te juzgan y puedes ser quién eres.

Además, el arte te da herramientas para poder expresarte y el circo es un proyecto de vida”, dijo.

Sandra Meza, responsable del Circo de Luz Quito, indicó que en este lugar se incide de manera positiva y proactiva en la vida de las usuarias y usuarios que asisten a formarse en los talleres.

“Luego de la formación, la intención es llevar estos productos artísticos de calidad a la comunidad, ya sea en teatros, mercados o centros de Erradicación del Trabajo Infantil”, señaló.

Además de los cursos de formación, el proyecto Circo de Luz Quito trabaja en ejes: recreativo, educativo, productivo, preventivo-saludable y cultural; garantizando la ocupación del tiempo libre, hábitos de vida saludable, orientación vocacional, plan de vida, participación ciudadana, sensibilización e integración socio cultural, reinserción educativa, inclusión económica, artística y social.

Como parte del proceso de orientación vocacional, el Circo de Luz aporta en el diseño del plan y proyecto de cada usuaria y usuario. “Adicionalmente, se hacen procesos de recuperación emocional en los que, por medio del arte y el apoyo psicológico individual, se evidencian cambios significativos en sus vidas”, señaló Andrea Pérez, psicóloga del Patronato San José.

El Circo de Luz Quito busca constantemente espacios para la inserción y reinserción laboral de los artistas, incentivando el aporte de la empresa privada para su contratación. “El proceso concluye cuando los jóvenes que quieren vivir del arte sepan valorarlo y promocionarlo de una manera adecuada. Así evitamos que estén en lugares inseguros para ellos, porque en ocasiones han sido maltratados o violentados”, afirmó Andrea Pérez.

Todos estos servicios son gratuitos se complementan con atención en fisioterapia para controlar y reducir las lesiones en extremidades y articulaciones que pueden tener las usuarias y usuarios.

El Circo de Luz Quito, ubicado en la calle Río Vuano (junto al parque Bicentenario) es un proyecto inclusivo que ha atendido a más de 50 personas en situación de discapacidad, alrededor de 150 personas en situación de movilidad humana, cerca de 80 personas con identidad LGTBIQ+, y más de 120 personas de diferente autodefinición étnica.

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