¡Un verano para mentes inquietas! en el Museo Interactivo de Ciencia

Llegaron las vacaciones a Quito y el Museo Interactivo de Ciencia (MIC) ha preparado una atractiva agenda científica y cultural para el entretenimiento de los niños y adolescentes en su tiempo libre. Este sin duda será un verano para que las mentes inquietas de la capital aprendan y exploren distintas áreas del conocimiento desde la educación no formal.

Experimentos sobre física, química, biología y hasta robótica se realizan cada año en los cursos vacacionales del museo. Clasificados por edades, los participantes comparten días de retos científicos fusionados con deporte y arte, como si estuvieran en un laboratorio de ideas con locos y divertidos personajes.
Todas las actividades en el Museo Interactivo de Ciencia, especialmente aquellas que son pensadas en vacacionales, son realizadas a partir del juego y mediante actividades multisensoriales. El tacto, gusto, olfato, audio y observación son requisitos para experimentar. Desde el 2013, con una importante aceptación por parte del público, el MIC se ha posicionado como la única oferta de la ciudad que brinde actividades experimentales de ciencia y arte a los niños.

En este año, el campamento estará dirigido a diferentes grupos de niños de entre los 5 y 12 años, y a familias durante los fines de semana. La temática en torno a la cual se realizarán los talleres este verano es “Acción por el clima” e incluye actividades como: experimentos científicos, talleres de arte (cocina, danza, audiovisuales), actividades deportivas (skate, parkour), actividades recreativas (semilleros, avistamiento de aves, dinámicas grupales), y visitas a otros museos y espacios recreativos de la ciudad.

Aventuras de Verano, el verano de las mentes inquietas, es ideal para los pequeños porque se caracteriza por ofrecer además de entretenimiento y posibilidades de hacer amigos, varias oportunidades para aprender y desarrollar diferentes habilidades. Con estas premisas, arrancamos la nueva temporada de vacacionales que despierte la curiosidad y la emoción por el conocimiento científico en las nuevas generaciones.

Alan Salvatier pidió a sus padres, tomar el tiempo de sus vacaciones, en actividades que le permitan divertirse. “Ya suficiente tenemos en clases todo el año para aprender reglas y materias que no siempre son de nuestro agrado”, comenta Alan de 8 años, mientras infla un globo – con una sonrisa que anuncia una travesura-, para unirse al experimento que están haciendo todos sus compañeros con la tallerista.

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