Arte Urbano versus grafiti vandálico 

No es el dilema de una ciudad, como a veces podría creerse. La determinación es clara. La urbe patrimonio de la humanidad, Quito, se decanta definitivamente por la primera opción y proscribe la segunda.

Como una iniciativa para la integración de los jóvenes en una Cultura de Paz, la Secretaria Metropolitana de Inclusión, dependiente del Municipio capitalino, realizó varios encuentros para permitir la expresión cultural y participativa en diferentes expresiones artísticas, e incluso empresariales en una semana cuya temática fue titulada como ´Juventud y su derecho a la ciudad´.

El viernes 21 hubo tres activaciones del ´Encuentro Intégrate 2018, que busca fundamentalmente que los jóvenes puedan visibilizarse como sujetos de derechos y usen el espacio público como ámbito de deliberación, intercambio cultural, cohesión social y entendimiento de los espacios de los demás.

De 10:00 a 18:30  se activaron tres puntos en La Mariscal, con esta dinámica de exposiciones, emprendimientos solidarios y acciones culturales, entre otras. La acción estuvo en la plaza Gabriela Mistral, en la Plaza Foch y en la Plaza Borja Yerovi.

Por ejemplo, se llevó una muestra del grafiti como arte urbano. El Secretario de inclusión, César Mantilla, señaló la importancia de entender al grafitti en espacios permitidos, con el consentimiento de los dueños de las fachadas o paredes a utilizarse y, fundamentalmente, tratándose de obras de arte con contenido, orden y estética.

Mientras que el rayón o el signo sin sentido solo es vandalismo y un daño que la ciudad no está dispuesta a permitir. En este sentido, el artista grafitero Rat cree que la obra artística en realidad es la que no hace daño, no crea conflicto y que contribuye de forma ordenada al arte, ornato y cultura de la ciudad.

En otra iniciativa, algunos jóvenes emigrantes de Venezuela mostraron una pequeña empresa de producción de mermeladas artesanales de gran calidad. Emprendimiento logrado con el apoyo de fundaciones de la ciudad, como lo manifestó Marioscar Ribero, miembro de ese colectivo.

Arte musical y escénico complementaron las jornadas de integración humana en la capital.

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