Una nueva generación de cóndores se desarrolla en el QuitoZoo
En el QuitoZoo se lleva a cabo un proyecto de conservación ex-situ de cóndores andinos, a través del manejo y cuidado de dos hembras y dos machos de esta especie, todos juveniles, a cargo del departamento de Bienestar Animal.
Toa e Illapa, hembra y macho respectivamente, nacieron en la hacienda Zuleta, de la Fundación Galo Plaza Lasso y llegaron, a finales de mayo del 2022, al Zoológico de Quito, para sumarse a Kayambi y Chitachaca, macho y hembra, que llegaron rescatados hace pocos años.
Toa
Coya y Tarishka, cóndores adultos que viven bajo cuidado humano en Cóndor Huasi, ‘la casa del cóndor’ en la hacienda Zuleta de la Fundación Galo Plaza Lasso, se tomaron su tiempo para convertirse en una pareja de verdad. Transcurrieron tres años de convivencia para que comiencen a cortejar, y después otros cinco años más para, finalmente, aparearse. En el 2019 tuvieron su primer huevo que, desafortunadamente, se mostró infértil, pero al año siguiente, Coya logró poner otro huevo, lo que al fin hizo posible el nacimiento de un polluelo, el 17 de noviembre del 2020. De esa manera, esta pareja de cóndores pudo criar exitosamente a su primer pichón, una hembra llamada Toa, como la princesa.
Kayambi
Kayambi es cóndor macho juvenil que fue entregado, el 26 de julio de 2019, al Zoológico de Quito. Llegó sin plumas en su cola y una herida en la cloaca. Habitantes del sector de Pisambilla, en Cayambe, lo encontraron y rescataron, para después acudir a la dirección provincial del Ministerio del Ambiente, cuyos funcionarios lo trajeron hasta el QuitoZoo.
Apenas Kayambi llegó al Zoológico, el equipo veterinario lo atendió mediante una revisión clínica exhaustiva, que incluyó placas de rayos X para descartar lesiones que puedan comprometerlo. Kayambi estaba deshidratado, llevaba cuatro días sin comer ni beber agua. En la naturaleza, un cóndor adulto puede soportar hasta 15 días sin comer, pero los polluelos son alimentados diariamente por sus padres mientras están en el nido.
La ausencia completa de plumas en su cola impidió su liberación. Durante sus primeros meses en el Zoológico recibió atención personalizada y monitoreo constante, durante las 24 horas del día, hasta lograr su estabilización. Posteriormente fue trasladado a un recinto donde está bajo vigilancia de cuidadores de fauna, a diario recibe alimentación y se preparan enriquecimientos ambientales específicos para él. Desde el 2021, comparte el recinto con Chitachaca, y se presume que podrían ser hermanos. La decisión de mantenerlos juntos se tomó como una forma de contribuir con su recuperación, los cóndores son animales sociales y eso facilita que desarrollen comportamientos propios de vida silvestre.
Chitachaca
El viernes 14 de agosto del 2020, un pichón hembra de cóndor, de aproximadamente 8 meses de edad, llegó al QuitoZoo. El 28 de junio fue rescatada en Chitachaca, comunidad de Cayambe y atendida en el Hospital de Fauna Silvestre de la Universidad San Francisco donde permaneció siete semanas en recuperación. Llegó con una fractura en su fémur que pudo haberse originado en alguna caída cuando intentaba levantar sus primeros vuelos.
Para su rehabilitación, en el zoológico se preparó un espacio para que las condiciones de habitabilidad y seguimiento del animal sean óptimas. Se colocaron paredes para el aislamiento visual del ave, se instalaron tarimas y perchas para que Chitachaca tenga dónde posarse y moverse dentro del recinto y se implementaron conexiones eléctricas, de internet (Wi-Fi) y cámaras de seguridad para su monitoreo.
Al igual que Kayambi, el posible accidente que sufrió en sus primeros intentos de vuelo la alejó del nido y la posibilidad de aprender los aspectos básicos del vuelo juntos a sus padres. En estas condiciones, el Grupo de Trabajo de Cóndor, bajo supervisión del Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica, han definido que estos cóndores permanezcan en la población de manejo ex situ.
Illapa
En mayo de 2019, Ayu e Inti, pareja reproductiva mantenida en el proyecto Cóndor Huasi de la Fundación Galo Plaza Lasso en Zuleta, pusieron un huevo y empezaron su proceso de incubación. Desafortunadamente, después de 1 mes y medio de cuidado, se rompió el huevo.
No se sabía si después de tanto trabajo la pareja iba a poner un segundo huevo ese mismo año, pero lo hizo finalmente en agosto. Lo incubaron exitosamente y nació el 29 de octubre 2019; un pichón macho, que recibe el nombre de Illapa (el dios de la lluvia y del trueno en la mitología Inca). Illapa es el segundo pichón que Ayu e Inti lograron criar.