Balance exitoso de Fiestas de Quito: música que unió, gastronomía que reactivó la economía y celebración en los barrios

Quito, (Quito Informa).– Este año, Quito celebró sus fiestas con una energía que se sintió en los barrios, plazas y calles. Este martes, el alcalde Pabel Muñoz dio un balance de las actividades y eventos. “Pese a los obstáculos, los quiteños festejaron en los barrios, en las plazas, apropiándose del espacio público. Recuperamos eventos populares que históricamente eran parte de estas fiestas”, dijo Muñoz, recordando la invitación hecha semanas atrás en Chavezpamba para que la ciudad volviera a tomarse las calles.

Lo que pasó después fue una fiesta que se expandió por toda la ciudad. Más de 200 actividades movieron a miles de personas a lo largo de varios días: conciertos multitudinarios, festivales gastronómicos, encuentros rurales, eventos barriales, desfiles tradicionales y serenatas que devolvieron la música a lugares que la extrañaban desde hace años. «Tuvimos conciertos, música, obras, desfiles, solidaridad, y los títulos de propiedad», indicó.

La música volvió a unir a Quito

El Quitofest, durante tres días, reunió a 150.000 asistentes frente a un cartel de 36 bandas entre nacionales, internacionales y seleccionadas en audiciones. En otro rincón de la ciudad, miles de personas cantaron pasillos y pasacalles en un festival que llenó de memoria las calles. Más al sur, el Pregón devolvió la vibra festiva con 5.000 asistentes, cinco grupos musicales y la entrega de 2.600 títulos de propiedad, un gesto que mezcló celebración con justicia social.

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Las tradiciones regresaron 

Los desfiles de la Confraternidad Norte y Sur reunieron a 110.000 asistentes, mientras que la Mascarada nocturna iluminó a 50.000 personas con disfraces, música, comparsas y una vibra que mezcló memoria y fiesta.

No fue lo único. Quito recuperó celebraciones que tenían años apagadas: el Machalazo, que volvió después de 14 años; el Amazonazo, que puso a bailar a La Mariscal; el Chillofest, que se convirtió en vitrina para jóvenes talentos rurales; el Bolivarazo, que transformó al Pasaje Espejo en un corredor cultural; y las serenatas de La Tola y la Plaza del Teatro, donde artistas y ciudadanos compartieron una misma tarima emocional.

En el Mercado Mayorista, más de 3.000 personas celebraron la entrega de las tradicionales Marietas, un homenaje a los actores populares que sostienen la identidad de esta ciudad.

La gastronomía como encuentro y reactivación

La comida contó su propia historia. Sal Quiteña llenó las calles con olores y sabores que desbordaron los locales: 56 establecimientos participaron y, en solo dos días, se movieron USD 393.000, superando con creces lo registrado en 2024.

En La Mariscal, la Cangrejada Fest y otros encuentros encendieron la zona y generaron ingresos para cafeterías, restaurantes, tiendas y servicios. Y en el Valle, el Chulla Asado convocó a 15.000 asistentes y movió más de USD 200.000 entre negocios participantes y comercios aledaños. Así, plato a plato, la gastronomía reactivó a cientos de emprendedores.

Quito también festejó desde su ruralidad

En Chavezpamba, el Encuentro de las Culturas de las Parroquias Rurales reunió a 9.000 asistentes en dos días llenos de saberes ancestrales y expresiones comunitarias. Y en la Plaza de San Francisco, Quito es Rural reunió a 100.000 visitantes que recorrieron los saberes, productos, danzas y artesanías de las 33 parroquias rurales del Distrito.

El barrio como escenario principal

Las 10 Administraciones Zonales organizaron 90 actividades que movilizaron a 200.000 vecinos: festivales, verbenas, serenatas y desfiles que se sintieron íntimos, propios y cercanos. Esta fue la fiesta que volvió a las cuadras, a las esquinas y a las calles donde nacen las celebraciones auténticas.

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Un despliegue de control para cuidar la fiesta

Detrás del ambiente festivo hubo también un esfuerzo gigante para mantener la seguridad. Entre el 23 de noviembre y el 8 de diciembre se ejecutaron 19.982 acciones de control: retiro de botellas, exhortos, operativos de libadores, supervisión del espacio público y atenciones prehospitalarias. Más de 1.330 recursos logísticos, entre patrulleros, tanqueros, drones, motocicletas e hidrolavadoras, estuvieron desplegados en toda la ciudad.

En paralelo, los operativos de seguridad vial entre el 4 y el 7 de diciembre permitieron fiscalizar 5.920 unidades, sancionar a 1.607 conductores y retirar de circulación a 38 personas que manejaban bajo los efectos del alcohol.

La solidaridad también fue protagonista

La campaña Dona con Corazón consiguió recaudar 71.011 productos durante los principales eventos. El Quito Fest aportó la mayoría: 64.702 donaciones. El Festival del Pasacalle sumó 3.500 más y Sal Quiteña aportó 2.809.
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El Municipio destinó USD 1’417.000 para reactivar el espacio público y la economía local. Cada actividad, desde la más grande hasta la más barrial, buscó algo claro: hacer que la ciudad vuelva a sentirse viva, acogedora y segura.

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