Quito apuesta por la equidad para la distribución de presupuestos participativos

Quito (Quito Informa). -En Quito, la distribución de los presupuestos participativos para obras se realizará bajo una nueva metodología que garantiza transparencia, equidad y justicia territorial.

El modelo, elaborado por el Instituto de Investigaciones de la Ciudad (IIC), se implementará en las 65 parroquias urbanas y rurales del Distrito Metropolitano, con un enfoque claro: dirigir los recursos hacia los lugares con mayores necesidades.

Para esta nueva metodología de distribución se tomaron en cuenta cinco dimensiones principales:

  • Demografía: población infantil, adultos mayores y personas con discapacidad.
  • Condiciones socioeconómicas: nivel de pobreza y desigualdades.
  • Infraestructura y servicios básicos: acceso a agua, alcantarillado, recolección de basura y obras pendientes.
  • Cohesión social: niveles de violencia, delincuencia y espacios comunitarios disponibles.
  • Asignación presupuestaria previa: cuánto recibió cada parroquia en años anteriores.

A partir estos criterios se realizó una priorización de parroquias que permite ordenar el territorio de acuerdo con su nivel relativo de necesidad o vulnerabilidad, los cuales justifican una asignación diferenciada de recursos bajo los criterios de equidad territorial y justicia distributiva.

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  • Parroquias de Mayor Prioridad

En primer lugar, destaca la parroquia Calderón que, a pesar de su clasificación administrativa como parroquia rural, presenta rasgos marcadamente urbanos, tales como un acelerado crecimiento poblacional, expansión del suelo con pocos controles y una fuerte presión sobre los servicios básicos y equipamientos.

Las siguientes parroquias como La Ecuatoriana, Quitumbe y Guamaní, concentran importantes procesos de urbanización formal e informal, acompañados de una demanda creciente de infraestructura vial, servicios básicos, equipamientos públicos y soluciones de movilidad.

En paralelo, las parroquias rurales de Gualea y Pacto tienen altos niveles de vulnerabilidad socioeconómica, limitada cobertura de infraestructura básica (agua potable, saneamiento, vialidad), escasa dotación de equipamientos públicos, baja conectividad digital y una histórica exclusión de la inversión municipal.

Asimismo, se incluyen Conocoto, Turubamba, Chillogallo y El Condado, que enfrentan fuertes presiones demográficas y urbanas, así como déficits acumulados en servicios y equipamientos.

Todas estas parroquias comparten una característica común: la acumulación de necesidades insatisfechas. En consecuencia, su priorización resulta clave para avanzar hacia una planificación más equitativa y orientada al cierre de brechas estructurales.

  • Parroquias con Prioridad media alta

Todas comparten niveles medios de desarrollo acompañados de una incidencia marcada de pobreza por Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), así como de una menor cobertura en servicios clave como alcantarillado y recolección de residuos.

En esta categoría están parroquias urbanas y urbano-periféricas como Solanda, La Argelia, La Ferroviaria, La Libertad, San Juan, Chilibulo, Puengasí, Centro Histórico, San Bartolo, La Mena, Comité del Pueblo, Cochapamba y Chimbacalle. Además, parroquias rurales o periurbanas como Nono, Nanegalito, Píntag, San José de Minas, Nanegal, Llano Chico y Amaguaña, que se suman a la lista junto con parroquias de similar perfil como La Argelia, La Ferroviaria, y otras con dinámicas urbano-rurales que registran desigualdades en servicios básicos y cohesión social.

  • Parroquias de Prioridad Moderada

Este grupo se caracteriza por una menor urgencia relativa en comparación con los grupos anteriores, pero sigue enfrentando desafíos importantes que deben ser considerados.

En las parroquias urbanas como como Carcelén, Kennedy, Pomasqui, Itchimbía, El Inca, Belisario Quevedo, Ponceano, San Antonio, La Magdalena, Cotocollao, persiste una alta demanda de espacios de uso comunitario como casas comunales, parques y áreas recreativas, así como del mantenimiento de estos equipamientos y de las vías locales existentes.

En cuanto a las parroquias rurales como Tumbaco, Atahualpa, Chavezpamba, Lloa, Yaruquí, Perucho, Calacalí, Alangasí, La Merced, Guangopolo, Pifo, Puéllaro, El Quinche, Tababela, Checa, Zámbiza y Guayllabamba, su ubicación en este grupo responde a que no presentan condiciones críticas o extremas en ninguno de los ejes analizados.

  • Parroquias de Menor Prioridad

Cumbayá, La Concepción, Puembo, Nayón, Iñaquito, Jipijapa, Rumipamba y Mariscal Sucre presentan condiciones estructurales más favorables en comparación con el resto del Distrito. Estas parroquias se destacan por una amplia cobertura de servicios básicos, mejores indicadores socioeconómicos, bajos niveles de violencia, y una mayor inversión pública acumulada a lo largo del tiempo.

La participación ciudadana se mantiene

El nuevo modelo también reconoce la voz ciudadana, al incorporar las solicitudes de obras y proyectos sociales realizadas en las asambleas parroquiales, reforzando así el carácter participativo del proceso.

Según el Municipio, este mecanismo garantiza que la distribución de fondos no sea arbitraria, sino basada en datos técnicos y en las necesidades reales de la gente, avanzando hacia una ciudad más justa y con oportunidades equitativas para todos sus habitantes.

Dato destacado:

El Presupuesto Participativo proyectado para el período 2025-2026 es de USD 24’521.320,97.

 

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