El Mercado “Arenas” se llenó de Música Clásica

Con la interpretación de la pieza “Nadie nos conoce”, del artista chileno Cristian Crisosto, dio inicio el II Festival de Música Clásica en espacios inusuales “MúsicaOcupa”, que para su primera gala reunió en el Mercado Arenas a decenas de espectadores que se deleitaron con algunas obras musicales propias de la llamada “Música Académica”, que en esta ocasión, sin embargo, dejó de lado los protocolos clásicos del género, y apeló al sentir popular.

Al concierto de inauguración asistió la Directora Ejecutiva del Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP), Angélica Arias, institución que respalda el festival, al enmarcarse en la celebración de la declaración de los 40 Años de Quito, como Primer Patrimonio Cultural de la Humanidad. Además del IMP, el festival cuenta con el apoyo de otras instancias municipales, como la Secretaría de Cultura, Quito Turismo y el Parque Urbano Cumandá.

Uno de los propósitos del festival es romper algunos de los prejuicios que se han creado alrededor de la música clásica como suponer que únicamente los grandes escenarios pueden acoger este tipo de presentaciones. Al respecto, Simón Gangotena, miembro de In Concerto, grupo creador de la iniciativa, indicó que los artistas no siempre se presentaron en teatros y coliseos, al contrario, los primeros escenarios de la música fueron las plazas, calles, parques e incluso los sitios como el seleccionado para inaugurar el festival: los mercados.

“Está viniendo bastante gente. Es que nunca se ha hecho esto. Para mí es un honor recibirles” señaló Carmen Paredes, vendedora del Mercado “Arenas”, mientras repartía hervidos de canela y naranjilla a los asistentes, de manera gratuita. De esta forma, la idea central que perseguía el festival se vio concretada, al democratizar el acceso a la música clásica a favor de nuevos públicos y audiencias provenientes de las más diversas esferas sociales y económicas.

Mediante el uso de violines y violonchelos, los artistas presentaron creaciones de Antonin Dvorak o Edvard Grieg, importantes referentes de este género. El contraste, sin embargo, estaba en otros elementos del concierto. Así, en lugar de lucir trajes formales, los artistas prefirieron atuendos casuales; y en lugar de cómodos palcos y butacas, los asistentes se acomodaron en las bancas que trabajadores del mercado acomodaron antes de empezar, e incluso hubo asistentes que sentados en el piso no dejaron de admirar la presentación.

Al finalizar el concierto, el público no paró de aplaudir la interpretación de los artistas, quienes además de agradecer la efusión y participación del público, reconocieron el trabajo de todos quienes están detrás de la organización del festival. Así, se dio inicio a esta innovadora propuesta que reúne a artistas nacionales e internacionales y que intenta configurar nuevos espacios para el uso y disfrute de la música clásica.

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