Puéllaro, un paraíso en la Ruta Escondida.

Varias integrantes del Consejo Consultivo de Mujeres Rurales realizaron una visita de observación al Jardín Frutal del Ecuador.

Puéllaro, a una hora de Quito, es la puerta de entrada a las cinco parroquias que conforman la Ruta Escondida o también Zona Peruchana,  a la que se puede llegar por dos accesos desde Quito. Por Guyllabamba, la vía a Tabacundo atraviesa el Valle de Jerusalem poblado de un bosque seco, o por San Antonio la vía culebrillas, que como su nombre lo indica es un camino serpenteante que desciende desde Tanlagua hacia el encañonado del río Guyllabamba y permite observar el amplio paisaje irregular de la serranía.

Pese a que está rodeada de bosque seco, esta parroquia es muy fértil. Su población se dedica principalmente a la agricultura y avicultura. Y es precisamente esta condición la que nos llevó a visitar, junto con varias integrantes del Consejo Consultivo de Mujeres Rurales, la décimo octava Feria Agrícola y Artesanal que se realizó en el feriado de semana santa.

En los patios del Colegio Técnico de Puéllaro varias mesas acomodadas en filas exhibían las verduras, hortalizas y frutas recién cosechadas. Allí, en medio de esa producción exuberante encontramos a nuestra anfitriona doña Gloria, una de las integrantes del Consejo Consultivo, quien con su particular simpatía hace de guía en este recorrido.

El aguacate y la chirimoya sobresalen de entre las mandarinas, naranjas, limones, zambos y mísperos. Por esta razón sus pobladores  han denominado a Puéllaro como el Jardín Frutal del Ecuador. En este espacio se expone la rica producción frutal de la parroquia, que los alumnos junto con los padres de familia y docentes del colegio organizaron para recaudar fondos y promocionar sus proyectos.

En la parroquia, además, se observan varias muestras de emprendimientos impulsados por mujeres. Carmen Moreno y Gloria Garzón son dos mujeres que aprovechando su creatividad y habilidades crearon sus negocios utilizando la producción de la zona. Así la primera ofrece  pan de mandarina, limón, naranja, zambo, camote, etc. Y la otra, espumillas y helados de paila elaborados a base de chirimoya aguacate, mora, frutilla, camote y otros productos locales.

Esta experiencia es un insumo para que el Consejo Consultivo de Mujeres Rurales presente propuestas al Municipio  del Distrito Metropolitano de Quito, para la implementación de políticas públicas en temas económicos, productivos y de liderazgo que ayuden a elevar el nivel de calidad de vida de las mujeres rurales.

Testimonio:

Las parroquias rurales son un paraíso, y tenemos que aprovechar las características de cada una para potenciarlas y generar proyectos que ayuden a las mujeres y sus familias – Cecilia Delgado. CCMR

Estas ferias ayudan mucho y sería bueno realizarlas con más frecuencia en todas las parroquias, porque tenemos muchísima producción pero la mayoría se pudre en los huertos porque la venta ni siquiera cubre lo que cuesta cosechar y transportar, se sale perdiendo. Gloria Garzón. CCMR.

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