Grupo de Rescate y binomios caninos del CACM retornaron a Quito

Los 13 efectivos del Grupo de Rescate GAT-R y binomios caninos del Cuerpo de Agentes de Control Metropolitano (CACM) de Quito retornaron este jueves 13 de abril en horas de la tarde a la capital, tras brindar apoyo en el cantón Alausí. El director general, Ramiro Aldás, recibió al personal con palabras de agradecimiento por su excelente desempeño durante los 7 días de asignación.

El pasado 06 de abril, por pedido de la Secretaría general de Riesgos los 13 efectivos emprendieron el viaje a Alausí para apoyar en la búsqueda y localización de víctimas mortales producto del deslizamiento de tierra ocurrido el pasado 26 de marzo.

A su llegada, los agentes de control tomaron contacto con el Grupo de Trabajo N°3 específicamente de búsqueda y rescate e iniciaron sus labores de localización en la zona junto a la Brigada Patria de las Fuerzas Armadas, para esto utilizaron la logística necesaria, drones, y dos canes entrenados para este tipo de trabajo.

Los canes Cervero y Lucky realizaron el barrido y marcaron el terreno donde los uniformados empezaron a cavar para confirmar que en ese lugar estaban los cuerpos de varias víctimas de este desastre.

Durante el primer fin de semana hallaron 3 cuerpos y los días posteriores encontraron 3 cuerpos más, siempre con la gran ayuda de sus compañeros caninos que han sido entrenados con el Método Arcón y son expertos en búsqueda, detección y localización de osamentas y cadáveres.

El agente Edison Merino, estuvo al frente de los 13 efectivos y confiesa que pese a la preparación y la experiencia, este tipo de situaciones siempre golpean el lado humano de todos los rescatistas porque no es fácil hallar cuerpos sin vida. Por ello en el Grupo de Rescate tiene como principio, antes de iniciar operaciones, encomendarse al Ser Supremo y al final de cada día de labor realizan una descarga emocional para cuidar su salud mental. Ahora se debe identificar si algún efectivo tiene afectación emocional.

El trabajo en equipo y la camaradería son la clave para que la búsqueda tenga éxito, en este sentido Merino destaca el la apertura, aceptación, apoyo y disposición de los miembros de las diferentes instituciones que se encuentran en la zona cero ayudando a la comunidad desde cada una de sus competencias. Además, el apoyo de la comunidad que siempre está pendiente de brindarles la alimentación.

“Gracias a la experiencia que tenemos en la metodología del comando de incidentes nos adaptamos rápidamente y empezamos a realizar los trabajos interinstitucionales para los que fuimos asignados y no se presentó ninguna novedad”, mencionó Merino.

Asegura que para poder reducir el riesgo y prevenir desastres de origen natural se debe trabajar en la concientización de la comunidad y hacer una buena zonificación territorial identificando las zonas de menor riesgo o menor vulnerabilidad que son viables para la construcción y habitables para las personas.

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