Inauguración del Cubeto 11: Es el paso para el cierre técnico de El Inga y la construcción del Complejo Ambiental

Quito, 27 de septiembre, (Quito Informa). –La inauguración del cubeto 11 en el Relleno Sanitario de El Inga marca un antes y un después en la forma de manejar la basura en Quito. Este nuevo espacio asegura que los desechos tengan una disposición final técnica y responsable, y al mismo tiempo alarga la vida útil del relleno. Será el último cubeto en construirse, porque lo que viene es su cierre técnico y la construcción del Complejo Ambiental, un proyecto que pondrá a la ciudad a la vanguardia en gestión de residuos.

El alcalde Pabel Muñoz resaltó que, en poco más de un año de administración, Quito ya muestra resultados concretos: los residuos y lixiviados se manejan de manera adecuada, se generan 5 megavatios (MW) de energía eléctrica a partir del biogás y pronto serán 9 MW. Además, la ciudad ha reducido 230.000 toneladas de CO₂, el mismo impacto que si sacáramos de circulación 250.000 autos contaminantes.

“Trabajamos para que Quito, la ciudad más linda del mundo, Luz de América, se convierta también en la ‘Luz Verde de América Latina’, hoy es el primer día de los últimos días del Relleno Sanitario esto es un cambio histórico. Esto nos impulsa a seguir adelante con socios estratégicos que han colaborado para conseguir estos resultados”, subrayó Pabel Muñoz.

El tratamiento de los lixiviados ha sido un reto para la ciudad, durante los años de funcionamiento del Relleno El Inga, indicó Santiago Andrade, gerente general de Emgirs. “Administraciones anteriores acumularon los lixiviados, está administración municipal enfrentó el reto con tecnología del primer mundo logrando un tratamiento de 800m3/día de tal forma que, para el próximo, año se prevé tratar el pasivo acumulado durante años en el Relleno Sanitario de Quito, pasando de 184.000 m3 de lixiviados acumulados a solo 5.000 m3”.

Asimismo, se realizó la entrega de seis nuevos tracto camiones, flota vehicular, que permitirá gestionar de forma eficiente los residuos y desechos sólidos desde las estaciones de transferencia norte y sur hacia el relleno sanitario, optimizando tiempos y manteniendo niveles mínimos de acumulación en cada estación.

Roció León, presidenta de la Comunidad de Santa Ana, subrayó que “el cambio se lo ve y se lo siente, los olores han desaparecido, el Relleno tenía lixiviados, por todos lados y ahora no se ven, están creciendo los árboles, donde ni siquiera crecía la hierba”.

 

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