Las voces de la ciudad: dos años de gestión que se sienten y se cuentan

Quito, (Quito Informa). – El pasado 3 de junio la avenida Amazonas acogió a familias enteras que caminaban entre ferias, vecinos saludándose como si se conocieran de toda la vida, niños corriendo con globos y helados. Dos años han pasado desde que Pabel Muñoz asumió la Alcaldía, y el ambiente no era solo de celebración, era de apropiación, la ciudad volvía a sentirse de todos.

Algunos se detenían frente a las carpas de servicios municipales, otros buscaban sombra bajo los árboles. En el aire había orgullo, pero también memoria. Los recuerdos de cómo estaban antes los barrios, las veredas, las paradas de bus; la comparación con lo que se ha recuperado.

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Desde el sur de Quito, Omar Manobanda, residente del barrio Las Cuadras en Chillogallo, compartió su experiencia. Destacó que el alcalde ha impulsado numerosos proyectos en la zona, algunos ya entregados y otros en proceso, brindando un apoyo constante a la comunidad.

“Los beneficios son notables, ya que se ha enfocado en mejorar vías, espacios verdes, parques e iluminación. Incluso en zonas rurales, nos ha apoyado con la pavimentación, adoquinado y el suministro de agua potable en lugares donde antes no contábamos con estos servicios”, afirmó.

Manobanda resaltó la importancia de que la ciudad mantenga la estabilidad, pues aquello contribuye al desarrollo de cada comunidad y parroquia. Concluyó con un mensaje de respaldo y ánimo: “Estamos aquí para apoyarle al alcalde, para que siga en sus funciones y continúe con sus proyectos», dijo.

Quito no solo festejaba. También mostraba, con hechos, lo que se ha construido en estos dos años. Acciones que no viven en las estadísticas, sino en la rutina de la gente:

Para Sandra Herrera, comerciante autónoma regularizada, el cambio es palpable en el Parque El Calzado:

“Es el único que ha hecho mucho por este parque, y ya se ven las mejoras. En Paquisha, arregló la vía Mariscal Sucre, renovó las veredas, las paradas del trolebús y trajo nuevos troles eléctricos. Se notan las mejoras en los parques, que es donde trabajamos,” dijo.

El Mercado Central estaba presente, Patricia Gordón, representante de los comerciantes, alzó la voz en defensa de la estabilidad:

“Estamos defendiendo la estabilidad y consideramos injusto que, por culpa de unos pocos, los procesos que ya están en marcha se vean afectados. Por eso apoyamos, ante todo, la estabilidad en Quito. No se deben truncar los proyectos que ya se han iniciado ni aquellos que están por comenzar. Es fundamental no dejarnos llevar por el odio,” señaló con convicción.

No se trató solo de mirar atrás. Los asistentes de este martes reconocieron que la ciudad se construye desde la calle, desde el barrio, desde las historias de cada vecino.

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El alcalde Pabel Muñoz ha recorrido personalmente cada rincón, escuchando y caminando, pensando en cómo mejorar tanto lo urbano como lo rural, áreas que durante años estuvieron relegadas. Esa cercanía con la gente y sus realidades es la base de una gestión que no gobierna desde el escritorio, sino desde todos los sectores que conforman la capital.

Desde el Valle de Los Chillos, Patricia Galarza expresó su motivación para participar en defensa del voto ciudadano:

“Lo que me moviliza es respaldar la decisión que tomamos en las urnas a favor de la actual administración, liderada por el alcalde Pabel Muñoz. Considero que su gestión ha sido valiosa, especialmente en el ámbito social. De los pocos alcaldes que hemos tenido en los últimos años, él realmente está ejecutando obras y cumpliendo con una buena administración», señaló.

En la parroquia Checa, Ana Cabascango, vecina del barrio Vista Hermosa, destacó los avances en su comunidad:

Durante la gestión del alcalde se han realizado varias obras en su sector y se ha entregado escrituras para su lotización, un avance importante para la comunidad. También valoró la atención brindada a las parroquias rurales, que antes se sentían olvidadas. “Sin él, no hubiéramos tenido estas obras”

Al final de la tarde, más allá de las cifras, lo que quedó fue una sensación: la ciudad se mueve, cambia, pero lo hace abrazando a su gente.

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