Bosque Seco de Jalunguilla es declarado como Santuario de vida Silvestre

  • Este sitio es la novena área protegida del DMQ

Quito, (Quito Informa).- Con 20 a votos a favor, este martes, el Concejo Metropolitano aprobó la ordenanza con la cual se declara Santuario de Vida Silvestre al Bosque Seco Jalunguilla, que cuenta con una extensión de 3.051,50 hectáreas y atraviesa siete parroquias rurales de las administraciones zonales de Calderón, Eugenio Espejo y Tumbaco.

Con esta Ordenanza, Jalunguilla es la novena reserva que ingresa a la lista del Subsistema Metropolitano de Áreas Naturales Protegidas (SMANP), con el propósito principal de conservar la biodiversidad, los recursos naturales y los ecosistemas.

La concejala Diana Cruz, proponente de la iniciativa, que había sido relegada por varias administraciones, indicó que el objetivo de la normativa es garantizar la protección, conservación y uso sostenible del Bosque Seco, además de promover la restauración ecológica. “Por la explotación inmobiliaria se han amenazado varias especies de flora y fauna endémicas de la zona”, señaló Cruz.

En esta zona de protección se han identificado 295 especies de plantas, 72 especies de aves, 16 de mamíferos y ocho de anfibios, por lo que su protección es muy importante.

La Edil también informó que esta Ordenanza tiene un plan de manejo para el Bosque Seco, donde se deberá contemplar las actividades productivas que estarán permitidas y que el Municipio deberá brindar asistencia técnica y financiamiento. También se prohíbe la tala de bosques nativos, la quema de cobertura vegetal y la construcción sin los permisos respectivos.

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Jalunguilla tiene historia ancestral del pueblo Kitu Kara que estuvo en el sitio antes de los Incas, por lo que esta nueva ordenanza representa la protección del legado histórico y ancestral de las comunidades que habitan en la zona como: San Miguel, Oyacoto, Santa Anita, Llano Grande y La Capilla.

David Dueñas, representante de las comunidades destacó que más de 20 años han venido luchando por proteger este territorio ancestral. “Que se apruebe esta ordenanza es un sueño hecho realidad”.

Gonzalo Guañuna, uno de los principales defensores del Bosque Seco, señaló que en este bosque seco habitan varias especies endémicas como la culebra boba, el gorrión , la tunas originarias, entre otras especies. “Somos las voces de las voces calladas, la naturaleza no debe tener dueño, pero debemos cuidarla para heredarla a nuestras futuras generaciones”.

La vicealcaldesa, Fernanda Racines, señaló que hoy se suman 3.051 hectáreas al cuidado de la ciudad. “Esta zona estaba en riesgo por la industria constructiva, por lo tanto, es muy importante la protección de este espacio para cuidar las fuentes de agua. Esta ordenanza representa un compromiso con las futuras generaciones, Quito se reafirma en la protección de la naturaleza”.

Por su parte, Analía Ledesma, felicitó el trabajo de la comisión y reconoció la lucha de las comunidades que no es de hoy. “Los apetitos inmobiliarios han sido voraces y con esta ordenanza se evita que el bosque seco se destruya». Además, recalcó que, con la presencia de las entidades municipales se puede generar un turismo responsable y sostenible.

El concejal Adrián Ibarra señaló que varias comisiones han tratado este proyecto desde hace más de 40 años sin llegar a un acuerdo, sin embargo, hoy se ha escuchado las propuestas que los dirigentes de las comunidades han venido realizando. “Esta ordenanza permite que el Bosque sea considerado como una alternativa de turismo ambiental en nuestro Distrito Metropolitano de Quito, un bosque petrificado a más de 2.200 metros de altura es poco encontrado en el mundo”, dijo.

El alcalde Pabel Muñoz destacó que gracias a la voluntad política se pudo aprobar esta normativa con la cual más de 3.000 hectáreas se suman a las áreas protegidas del DMQ. “El trabajo de años se va a cristalizado con la voluntad política, de pasar del papel a una realidad concreta de que podamos proteger el bosque seco de Jalunguilla. Cada vez, cuidar la naturaleza es más un clamor no solamente de las nuevas generaciones sino del planeta», finalizó.

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