Las obras de mitigación en la quebrada Shanshayacu avanzan según el cronograma
Al fondo de la quebrada Shanshayacu, en el tramo de las calles Moromoro y Quimiag (sur de Quito), hay un despliegue de obreros y maquinaria para realizar una serie de obras de mitigación a cargo de la EP Emseguridad.
Unos 18 trabajadores apuraban sus manos para cumplir con la instalación de los muros de gaviones en los taludes de la quebrada, además colchones renos o las jaulas tejidas con malla hexagonal de alambre de acero en el cauce y umbrales para frenar la socavación.
Según el Plan Ambiental Distrital 2015-2025, en el Distrito Metropolitano hay 182 quebradas distribuidas en siete sectores, las cuales suman una extensión aproximada de 1 300 kilómetros.
En Shanshayacu, a lo largo de casi medio kilómetro (480 metros), se identificaron seis tramos de intervención, aunque en el primero -de 60 metros de largo- se concentra el 80% de la obra. El contrato tiene un monto referencial de USD 386 535.
Justo este primer punto es el más sensible y los encargados de la obra habían formado tres grupos de trabajo, todos con cascos, chalecos reflectores, botas de agua y guantes gruesos.
En el primer frente estuvieron ocho obreros, todos concentrados en varias tareas: armado de gaviones o canastas de malla galvanizada plastificada y luego rellenarlas con molones (piedras de 20 a 40 centímetros).
Un segundo grupo de trabajo de tres trabajadores se dedicó a armar colchones reno como protección del cauce y sustento de los muros de gaviones.
Y el tercer equipo, conformado por seis personas, permaneció atento en encofrar el umbral, es decir, las columnas de cemento donde se anclarán los gaviones.
Todo ese esfuerzo tiene un fin: que las descargas de aguas lluvias y servidas de los barrios Turubamba Bajo, Unión Popular y El Comercio no continúen afectando la estabilidad de los taludes y dañen las zonas aledañas donde hay varias áreas de esparcimiento.
Como marchan las cosas, el cronograma se cumple según lo establecido y hay un avance del 23% de la obra, mencionó Katty Martínez, técnica de la dirección de Infraestructura de la EP Emseguridad y administradora del contrato. La obra comenzó el 26 de mayo y se prevé terminar el 22 de octubre de 2022.
De lo que va del proyecto, el personal pocas veces ha parado el trabajo; por ejemplo, cuando hubo seis crecidas por la intensidad de las lluvias de los primeros meses del año, pero cuando se dieron las movilizaciones no se detuvo, pero siempre resguardando la seguridad de los trabajadores recordó Milton Remache, fiscalizador de la obra.
A parte de esas novedades, no se reportaron otras pausas ni siquiera durante el paro nacional que se alargó por 18 días (del 13 al 30 de julio). En todo ese tiempo, los obreros continuaron laborando en horario normal.
A parte de esa novedad, no hubo contratiempos y pronto será posible entregar la obra que fue requerida por la Secretaría General de Seguridad y Gobernabilidad y que beneficiará a más de 80 mil vecinos de los barrios aledaños a la zona de influencia del proyecto y en donde se levantan varias áreas de recreación usadas por la comunidad.