Propuesta para cobro de la tasa de basura sumó apoyos en el Concejo y sigue su curso

Quito, (Quito Informa). – Este martes, el Concejo Metropolitano dio el primer paso para aprobar la manera en la que se cobrará la tasa de recolección de basura (TRB). La medida se discute tras la decisión del Gobierno de suspender el cobro de la TRB en la factura eléctrica.

La propuesta plantea que la TRB se pague junto con la planilla de agua potable; la fórmula trabajada por los equipos municipales toma en cuenta el agua utilizada por cada hogar o negocio, manteniendo el principio de quien menos consume, menos paga.

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La idea tuvo buena acogida en el pleno. Las y los concejales coincidieron en que Quito necesita una solución urgente y ordenada. La concejala Blanca Paucar recordó que la basura es un tema que toca a todos por igual.  Andrés Campaña, tras presentar algunas observaciones, afirmó que el proyecto de ordenanza «está bastante bien» y en términos generales ha ido mejorando con el análisis del pleno. Diego Garrido reconoció el trabajo de los equipos municipales que reaccionaron con rapidez ante la decisión unilateral del Gobierno.

 “Respondemos de manera técnica y responsable, asegurando que el sistema de recolección siga funcionando sin afectar a la gente”, indicó por su parte el alcalde Pabel Muñoz. El alcalde capitalino recalcó que el servicio por noviembre y diciembre será asumido por el Municipio.

¿Cómo funcionará la tarifa?

El presidente de la Comisión de Presupuesto, Fidel Chamba, explicó que existe una relación del 92% entre consumo de agua y generación de basura.

Se establecerán 16 niveles, divididos en tres sectores: residencial (89%) comercial (10) industrial (1%). y se aplicarán rangos progresivos: en escala por la cantidad de agua que se consuma. Es decir, quienes consumen menos agua pagarán menos; quienes consumen más, y en consecuencia generan más residuos, aportarán una mayor tarifa.

El secretario de Ambiente, Santiago Sandoval, detalló que la gestión de residuos implica 18 procesos entre Emaseo y Emgirs, con un costo anual de USD 97 millones. El gerente de Emaseo, Juan Pablo Pozo, ratificó que el sistema será progresivo: quien más agua consuma, pagará más por la TRB.

¿Qué gana Quito con esta ordenanza?

  • Uso responsable del agua.

  • Financiamiento estable para mantener limpia la ciudad.

  • Tarifas equitativas.

  • Subsidios y exoneraciones para adultos mayores y personas con discapacidad.

  • Continuidad del servicio de recolección.

Contribución Especial por Mejoras (CEM): hacia un cobro justo

En el debate sobre la nueva tasa de recolección de basura también se analizó una reforma: cambiar la forma en que se cobra la Contribución Especial por Mejoras (CEM). Esta contribución se paga cada año junto con el impuesto predial y financia las obras realizadas mediante presupuestos participativos en los barrios.

El problema, según explicó el alcalde, es la inequidad del sistema actual. Hay obras que se catalogan como “locales”, y su costo recae únicamente en los frentistas, incluso cuando se trata de trabajos que benefician a más sectores. “Si se aprueba la reforma, las nuevas obras ya no tendrán ese cobro tan alto para los vecinos con menos recursos. Y para quienes ya tienen una deuda elevada por CEM, se dividirá en un plazo de 10 años, reduciendo la carga anual”, señaló.

La propuesta contempla que la CEM se distribuya entre todos los beneficiarios reales de una intervención. Si una obra le sirve a dos barrios, el pago se dividirá entre los habitantes de ambos. Y si el impacto es zonal o distrital, el cobro se hará de manera proporcional en esos niveles. Con este esquema, un frentista que antes pagaba USD 500 por la rehabilitación de una calle contribuiría apenas con un dólar cuando el costo se reparte equitativamente.

La reforma incorpora cambios en las zonas de influencia: pasa de local y distrital a cuatro: local, parroquial, zonal y distrital. Además, amplía el plazo máximo para cancelar la contribución de 10 a 20 años, lo que permite pagos más manejables. La nueva normativa se aplicará a obras ejecutadas a partir de 2026 mediante Presupuestos Participativos.

El siguiente paso es que la Comisión de Presupuesto revise la propuesta, incluya las observaciones planteadas y la envíe a segundo debate.

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