Te Duem por 483 años de Fundación

En la iglesia de La Merced, se efectuará la tradicional misa del Te Deum, presidido por el monseñor Fausto Trávez, Arzobispo de Quito, el miércoles 29 de noviembre de 2017 a las 09:30. En esta ceremonia participarán autoridades municipales, estudiantes de colegios, invitados especiales y ciudadanos en general que rendirán un homenaje a la Capital, por sus 483 años de fundación.

Quito, Patrimonio de la Humanidad, es la única ciudad del mundo que mantiene esta tradición y realiza una ceremonia cada año de acción de gracias a la Virgen de la Merced, con el nombre de Te Deum, como preludio de las Fiestas de Quito.

Desde el Palacio Municipal, los estudiantes de colegios municipales y particulares efectuarán una calle de honor enarbolando las banderas de Quito y del Ecuador. Mientras que al ritmo de la banda municipal, el alcalde Mauricio Rodas acompañado de su esposa María Fernanda Pacheco, la Reina de Quito y los concejales municipales se trasladarán por la calle Chile hasta la iglesia de La Merced. Ahí serán recibidos por la calle de honor de los estudiantes de la Escuela Superior Militar Eloy Alfaro y rendirán honores al ritmo de la banda de esta institución.

A las 09:30 se iniciará la ceremonia religiosa presidida por el monseñor Fausto Trávez, Arzobispo de Quito. Se realizará la lectura de la ordenanza municipal, la Eucaristía, la homilía y la entrega el cirio pascual que lo coloca el alcalde Mauricio Rodas. El incienso será puesto por varios concejales y concejalas en el braseo y con cánticos en los que se destaca el Te Deum culmina esta ceremonia.

En el interior de la iglesia estarán delegaciones de los colegios Fernández Madrid, Sebastián de Benalcázar, Nuestra Señora de la Merced, Sagrados Corazones Centro, Unidad Educativa la Providencia y Unidad Educativa San Fernando.

Historia

Desde su fundación en 1534, la ciudad de San Francisco de Quito fue encomendada a la Virgen de La Merced considerada como la protectora de Quito; su escultura fue tallada por uno de los artistas de la Escuela Quiteña y se encuentra en el altar mayor de la iglesia de la Merced.

Según el padre Juan de Velasco, los mercedarios trasformaron un ídolo de piedra en una imagen de María que es conocida como la Virgen de la Merced y fue el cabildo en el año 1575 que hizo la promesa y el voto solemne de realizar una ceremonia en su honor.

Esta celebración se realiza cada año, luego de que el 13 de mayo de 1965, el Concejo Metropolitano de Quito, emitió la ordenanza municipal N.- 1081 por la cual se indica que todos los años el Cabildo celebrará una misa en la que se hará la entrega de ofrendas en agradecimiento a la virgen de La Merced, por los beneficios y la protección a la ciudad. También se determinó que el acto debe realizarse los días próximos a la fecha de la Fundación de Quito.

Durante la ceremonia se utilizan presentes como incienso, pan, vino, frutas, granos y flores en agradecimiento. El cirio representa a Cristo resucitado, por eso la “Vigilia Pascual”, también es entregada simbolizándolo.

Te Deum

(En latín: A ti, Dios, primeras palabras del cántico) Es uno de los primeros himnos cristianos, tradicional de acción de gracias. Suele ser entonado en momentos de celebración. El himno continúa siendo regularmente utilizado por la Iglesia Católica Romana, en el Oficio de las Lecturas encontrado en la Liturgia de las Horas, y en ocasiones especiales como en las ceremonias de canonización.

Compuesto originalmente en latín, el nombre se debe a que así empieza su primer verso. Se suele denominar también como «Himno Ambrosiano», pues se atribuye a San Ambrosio de Milán, aunque una leyenda indica también que lo compusieron en común, inspirados por el Espíritu Santo, San Agustín de Hipona y San Ambrosio. Cuando San Agustín recibió el Bautismo de manos de San Ambrosio – sigue diciendo la leyenda -, Ambrosio entonó este himno y Agustín iba respondiendo a sus versos.

Te Deum laudamus:
te Dominum confitemur.
Te aeternum patrem,
omnis terra veneratur. Te Deum laudamus:
te Dominum confitemur.
Te aeternum patrem,
omnis terra veneratur.

Su origen se remonta probablemente a la primera mitad del siglo IV. Posteriormente hay registros en el «Antiphonarium Benchorense» de Bangor (Irlanda del Norte), alrededor del año 690. En publicaciones recientes también se cita a Niketas, Obispo de Remesina (alrededor del año 400), como su autor. Desde el siglo IX se conocen también diversas traducciones.

Numerosos compositores de todos los tiempos han musicalizado el texto del tedeum: entre otros, Georg Friedrich Haendel, Franz Joseph Haydn, Wolfgang Amadeus Mozart, Héctor Berlioz, Antonin Dvořák, AntonBruckner o Benjamín Britten. Se sabe que Antonio Vivaldi compuso uno, pero hoy esta composición se ha perdido.

 

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