La artesanía quiteña brinda identidad a la ciudad

En el corazón de San Marcos, frente a la iglesia de este tradicional barrio quiteño se encuentra el taller ‘Madera Noble’, de José Barrera Barrera, artesano y amante de Quito.

Entre madera, conchiperlas (madreperla), cachos de toro, tagua, huesos y un sinfín de herramientas se desenvuelve la vida de este artesano quien desde hace varios años decidió afincar su taller en esta zona de la ciudad.

Hablar con don José es volver la vista al pasado para enamorarse de la historia, de la arquitectura, del arte y la artesanía, de la Escuela Quiteña. Él es uno de los fundadores de Quitología, que en el año 2010 se vinculó con el Fonsal, hoy Instituto Metropolitano de Patrimonio –IMP-, la Casa de la Cultura y el Colegio de Arquitectos, esta iniciativa consistió en ciclos de conferencias y exposiciones que concluyeron en la publicación del libro ‘Quito en la obra de…’

Los miembros de la Cátedra Informal de Quitología realizaron seminarios y talleres para los maestros del Distrito Metropolitano, bajo el método de Educación por el Arte, uno de sus miembros fundadores fue Ulises Estrella y también José Barrera.

“La Quitología es un estudio informal de Quito, antes éramos peatones de la ciudad, aquí entra la música, el cine, la poesía y en algún momento decidimos introducir también la artesanía artística en madera. Alfredo Pareja Diezcanseco dice, en un libro que escribió sobre Miguel Santiago, que a los 100 años de la conquista Quito fue el mejor taller artesanal de América”, dijo este artesano y enamorado de Quito.

Para José Barrera, artesano y Quitólogo el “nacer en tal o cual lugar es un simple accidente. Pero habitarlo, conocerlo, entenderlo, nos aproxima a él puesto que nos hace dueños de su espacio y de su historia. Nos da, definitivamente, una noción de identidad y pertenencia.

Para nosotros, los artesanos, el compromiso de habitar en Quito es mayor. Somos herederos de una historia cultural, de un ‘oficio de vivir’ Que implica aprender constantemente, mantener una sólida convicción por lo que hacemos, procurar un crecimiento humano permanente. Es necesario que la luz perpendicular de nuestro sol quiteño alumbre y guíe el talento que poseen nuestras manos. Para ello tenemos que conocer la trayectoria de los artesanos que nos antecedieron…”, dice don José en un escrito que habla sobre el amor a Quito y a sus artesanos.

En su taller priman las cajas, las peinillas de cacho de toro, objetos elaborados en tagua, porta retratos y otros artículos trabajados con primor, usando las técnicas de la Escuela Quiteña y rescatando la identidad de los habitantes de la ciudad.

“La vida me ha dado la oportunidad de nacer en esta ciudad, pero yo siempre digo no importa donde uno nazca, si no donde uno vive, y las cosas que uno puede hacer por esa ciudad y, claro tuvimos la generosidad de vivir en Quito. Lo que yo hago es taracea, es una técnica árabe, de hace 3 mil o 4 mil años que hacían los árabes, ellos les enseñaron a los españoles y ellos a nosotros”.

La técnica de la taracea consiste en incrustar maderas de diferentes tipos con conchiperla, hueso, carey, hilos de plata y cacho. “Yo soy un autodidacta, gracias a la Quitología. Lo que yo hago es una recuperación de eso, de mi gente y de mi ciudad”. Este artesano lleva un registro riguroso de sus creaciones y sostiene que ningún diseño se repite, por lo tanto, son “piezas únicas”.

Su máxima de vida es “lo que no se conoce no se puede querer” por eso mantiene viva esta práctica artesanal. En su pequeño taller, con música clásica, rodeado de sus herramientas y sus productos ve pasar a la ciudad, su ilusión es que los jóvenes aprendan a conocer a Quito, sus calles, sus casas, sus prácticas artísticas para que la ciudad perdure, no solo en la memoria sino en el día a día.

El taller ‘Madera Noble’ está ubicado en la calle Junín, frente a la Plaza de San Marcos, atiende de 09:30 a 19:00, de lunes a domingo. Los visitantes, además, de adquirir artesanías únicas podrán hablar, conocer más de Quito y sabrán dónde está ubicada la ‘puerta mágica de Quito’ con don José Barrera.