Municipio de Quito desaloja a venezolanos, de asentamiento ilegal, en total paz

Alrededor de 100 efectivos y servidores municipales de Quito y más un centenar de policías nacionales, procedieron este domingo 18 de noviembre, a desalojar pacíficamente a más de 70 ciudadanos venezolanos que se habían tomado un espacio público, en el intercambiador de Carcelén al norte de la Urbe.

El operativo inicio por sorpresa, hacia las 6:30 de la mañana, cuando llegó una caravana de elementos de la Secretaria de Seguridad del Municipio al mando del Secretario Juan Zapata y policías al mando del coronel Carlos Blanco.

Zapata inmediatamente advirtió que agotaría todas las posibilidades para desalojar pacíficamente, a los ciudadanos extranjeros, que vivían de forma precaria en un parterre del mencionado intercambiador de tráfico.

Inmediatamente personal del municipio y del Ministerio de Inclusión del Gobierno Central entraron en contacto con los extranjeros. En principio se mostraron renuentes a salir, a pesar de que se le ofrecía Centros Temporales de Tránsito, CTT, donde podían dormir en camas, comer caliente y recibir atención médica, ante las enfermedades desarrolladas en el improvisado campamento.

La preocupación inmediata de las autoridades eran las enfermedades como bronquitis, presentes sobre todo en mujeres embarazadas y niños menores de cinco años.

Tras dos horas de diálogos, el  Secretario Juan Zapata les comunicó que la Agencia de Control del Municipio, AMC, del daría tres avisos para que aborden los buses y que si la negativa continuaba, sería el turno de la policía nacional anti-motines, ahí presente.

A continuación Alejandra Molina, directora de AMC, procedió a dar los tres avisos. Contra todos los pronósticos, por lo ocurrido en casos similares en los países de la región, los emigrantes venezolanos salieron tranquilamente del asentamiento, para dirigirse a los CTT reservados en los sectores de la Tola, Eloy Alfaro y la Y.

A pesar de las presiones para que se use la fuerza, por respeto a los derechos humanos las autoridades municipales agotaron el dialogo y el desalojo ocurrió por la presión de la razón.

BOLETÍN 3004

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