Iguiñaro fue liberado y recorre los páramos andinos

  • El cóndor andino recuperó su libertad en la Reserva Chakana de Fundación Jocotoco
  • ‘Iguiñaro’ fue encontrado, hace un mes, con heridas de perdigón en su cuerpo
  • Se colocó un rastreador satelital que permitirá su seguimiento

La mañana de este sábado 30 de mayo, el Zoológico de Quito despidió al cóndor ‘Iguiñaro’, en la reserva Chakana en Pichincha, para que pueda reinsertarse rápidamente en su hábitat natural.

La liberación del espécimen, cuya edad estimada oscila entre los 30 y 50 años, ocurre a un mes de haber sido encontrado por habitantes de la parroquia El Quinche, con un impacto de perdigón en su cuerpo. Los especialistas del Zoológico de Quito le brindaron la atención clínica necesaria hasta conseguir su recuperación y alta hospitalaria. Debido a la evolución positiva de su estado clínico, el protocolo de rehabilitación efectiva y el hecho de que casi no ha mantenido contacto con humanos se decidió su reinserción para que pudiera retomar su estado de vida silvestre.

Previo a su vuelo de hoy, la Fundación Cóndor Andino y The Peregrine Fund, con el apoyo del Municipio de Quito, instalaron un rastreador satelital en el cuerpo de esta ave que permitirá monitorearlo con la finalidad de conocer detalles de su desplazamiento y ubicación. De esta forma, se podrá conocer los aspectos ecológicos de la especie y realizar su seguimiento en el campo.

Se conoce que ‘Iguiñaro’ fue identificado, por primera vez en Zuleta en 2016, junto a una hembra. El pasado 27 de abril, fue rescatado en una de las quebradas del Área de Protección Hídrica Cerro Las Puntas y hoy alza su vuelo en uno de los peñones de la Reserva Chakana, un lugar de percha, dormidero y anidación perfecto para que pueda empezar de nuevo a recorrer el territorio.

La situación por la que atravesó ‘Iguiñaro’ muestra la peligrosa relación de la sociedad con la vida silvestre en los Andes. “A pesar de que el cóndor es reconocido como un emblema nacional, esta especie continúa enfrentando cacería, envenenamiento y el aumento descontrolado de perros ferales. Se ve necesario emprender acciones colectivas profundas para cuidar la especie, su rol en el ecosistema, su relación con el agua y los páramos, para frenar la amenaza constante y evitar su extinción”, indica Martín Bustamante, director del Zoológico de Quito.

 

 

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