Casa de la Mujer: un año restituyendo derechos de víctimas de violencia

  • Funciona en una edificación patrimonial del Centro Histórico
  • Tiene capacidad para atender a 40 personas
  • Brinda cinco comidas diarias a los usuarios

El 29 de enero de 2020, la Casa de la Mujer abrió sus puertas como un espacio de acogida gratuita para la protección de mujeres mayores de 18 años y sus hijos, quienes viven o han vivido violencia de género y estén en situación de vulnerabilidad y riesgo. En un año, La Unidad Municipal Patronato San José ha atendido a 119 personas (58 mujeres, 61 niñas y niños) y 21 casos han sido sentenciados por denuncias de violencia.

Carmen Hermosa, coordinadora de la Casa de la Mujer, explicó que de este lugar han salido 50 mujeres, la mayoría de ellas en situación de movilidad humana, quienes en un gran porcentaje han regresado a sus países de origen. “Actualmente, nueve personas están en la etapa de seguimiento y cuentan con acompañamiento social y psicológico”, indica.

La mayor parte de casos están relacionados con violencia física y psicológica, seguido de un porcentaje menor por violencia sexual y económica. En la Casa la Mujer encuentran un servicio residencial gratuito, de estancia limitada, que puede variar según las necesidades de cada mujer. El tiempo máximo de estadía es de seis meses.

A partir de determinadas acciones en áreas de coordinación, trabajo social, facilitación, educativa, legal y psicología, se restituyen sus derechos para que las mujeres puedan continuar con una vida libre de violencia, que respete su dignidad e integridad física, psíquica y sexual, así como el de su núcleo familiar.

La Casa de la Mujer promueve la autonomía personal y coordina las intervenciones con los recursos de la comunidad y con los diferentes servicios que intervienen en la resolución de la problemática de la familia con vivencias de violencia.

Trabaja en tres fases:
1. Plan de acción emergente (contención e intervención en crisis, acompañamiento legal para denuncia y boleta de auxilio, acompañamiento de trabajo social para atenciones médicas, de ser el caso);
2. Plan de acción para apoyo a proyectos de vida de las usuarias (intervención de todas las áreas y generación de capacidades para la autonomía), y
3. Plan de Seguimiento (acciones posteriores al egreso de la usuaria a la comunidad).

Alicia P., ciudadana extranjera que permaneció cuatro meses en esta casa de acogida, es un ejemplo de superación. Tras haber sido víctima de violencia económica, psicológica y física por parte de su expareja, llegó a la Casa de la Mujer; allí recibió apoyo para ella y su hijo. “Aquí me ayudaron y ahora me siento fuerte. Voy a trabajar con mi familia y mi mayor motivación es mi hijo”, comentó antes de regresar a su país de origen.

La Casa de la Mujer forma parte de la Red de Casas de Acogida y trabaja sobre la base de los principios de participación, igualdad y no discriminación con enfoque intercultural, de derechos humanos, generacional y movilidad humana. El Municipio de Quito destinó aproximadamente $360 mil para su funcionamiento en el primer año, estimando un monto similar anualmente.

La Casa de la Mujer opera en una edificación patrimonial del Centro Histórico y tiene una capacidad para atender a 40 personas entre mujeres, niñas y niños, a quienes se les brinda cinco comidas diarias para su alimentación.

Las niñas y niños que ingresan junto a sus madres a la Casa de la Mujer reciben atención en psicología y en el ámbito educativo continúan con sus estudios ejerciendo así su derecho a la educación, así como también se cubren sus necesidades básicas.

Hermosa señaló que se realiza un trabajo integral que apunta a mejorar la calidad de vida de las mujeres, sus hijas e hijos y se restituyen sus derechos. “En este lugar intentamos salvar familias”, afirmó.

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