Equipo de nutricionistas comunitarios realizan tamizaje e identificación de riesgo de malnutrición en hogares de Quito

Los Equipos de Salud Comunitaria (ESC) de la Secretaría de Salud conformados por médicos, nutricionistas, psicólogos, enfermeras y veterinarios trabajan con el fin de alinearse al enfoque de ‘Una Salud’ cuyo concepto promueve que la salud humana y animal son interdependientes y están ligadas a la salud de los ecosistemas en los que existen.

Profesionales de la Dirección de Promoción Prevención y Vigilancia de la salud a través de su Componente de Nutrición, que identifican riesgos de malnutrición e impulsan la educación para la salud desde la alimentación, ejecutan visitas domiciliarias para realizar el tamizaje e identificación de riesgo de malnutrición en la población de Quito.

Para ello, realizan la toma de medidas antropométricas y bioquímicas como peso, talla, perímetro cefálico, circunferencia abdominal, perímetro de la pantorrilla, determinación de la hemoglobina y glucosa capilar.

Pero, esta acción por sí sola no arroja un diagnóstico profundo de la situación actual ya que la malnutrición es un fenómeno multicausal y, a fin de acercarse a la realidad de los hogares capitalinos, las y los nutricionistas aplican una serie de encuestas como la Encuesta Latinoamericana y Caribeña de Seguridad Alimentaria (ELCSA), la encuesta de determinación de ingresos en relación al acceso a la canasta básica, el cumplimiento oportuno del paquete priorizado, la frecuencia de consumo de alimentos y determinación de periodicidad e intensidad de la práctica de actividad física.

Dentro de los principales causales de la malnutrición se encuentra la falta de acceso al agua segura. Disponer de agua segura no es una constante tanto en el país como en el mundo. Ventajosamente, la ciudad de Quito alcanza un 98 % en cobertura de hogares que presenta agua potable; sin embargo, la ingesta de agua segura depende de varios factores como la recolección, almacenamiento y consumo.

Por esta razón, al finalizar la visita domiciliaria, las y los nutricionistas realizan un muestreo del agua de consumo del hogar, misma que es analizada en el laboratorio de la Secretaría de Salud y cuyo resultado otorga mayor información para la intervención de la familia.

Adicionalmente, el equipo técnico de nutrición ha creado un protocolo de educación del tratamiento del agua para consumo que es fácil de aplicar y económico. Consiste en:

1. Revisión de la fuente de agua para consumo como grifo de la cocina, agua de lluvia, tanque, etc.
2. Verificación de las características físicas del líquido vital, es decir, transparencia o presencia de contaminantes físicos.
3. Capacitación sobre el método de hervido del agua.
4. Explicación del método de cloración de este fluido.
5. Socialización del almacenamiento y manipulación del agua.

Con la aplicación permanente de este protocolo casero de tratamiento del agua se logrará reducir la parasitosis en niños y niñas.

 

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