“Gracias a Dios y a que se activó la alarma, estoy vivo” testimonio de William Gabela, sobreviviente de Santa Clara del Común

“Soy William Carlos Gabela Cuji, uno de los damnificados de Santa Clara del Común. Gracias a Dios y a que se activó la alarma, estoy vivo. Esto sucedió el domingo 31 de julio eran las 6 de la tarde, en ese momento todavía no llovía. Comenzó a tronar y se produjo una tormenta eléctrica y de inmediato cayó una lluvia torrencial y en cuestión de minutos este sector se inundó. Es la tercera vez que se inunda mi casa”.

Nosotros somos bien organizados, asegura el sobreviviente de Santa Clara del Común, quien insiste que apenas suena la alarma, los vecinos se activan. Por eso, ese día salí enseguida para ver qué estaba pasando cuando observé que colapsó todo. Mi casa y la de mis vecinos estaba llena de agua y lodo.

Cuando abrí la puerta salieron los perros, cerré la puerta y me quedé encerrado. La vecina me gritaba que salga, pero era imposible la puerta estaba trabada. No podía salir. Los vecinos se movilizaron enseguida y subieron hasta donde me encontraba y yo estaba golpeando el techo para que me escucharán porque el fuerte ruido del aguacero impedía que escucharan mis gritos.

La alarma comunitaria

En el año 2021, el Municipio de Quito, junto a las onegés Care Ecuador y Plan Internacional, aplicaron un proyecto de respuesta articulada en caso de ocurrir erupciones, movimientos en masa, terremotos, inundaciones, e incendios.

Para el efecto se instaló un sistema de alarma comunitaria en la zona hoy afectada. Además, capacitaron a los moradores y crearon un sistema para respuesta inmediata en riesgos.

Freddy Nieto, director Metropolitano de Gestión de Riesgos de la Secretaría de Seguridad, informó que gracias a este mecanismo, que estuvo activo durante la fuerte lluvia que ocasionó atenciones de emergencia, permitió a las personas salir con vida.

“No hay ni una sola víctima, gracias a que la población reaccionó de acuerdo a su preparación”, señaló Nieto.

De regreso a la comuna Santa Clara del Común, William recuerda que “ese día la vecina activó la alarma desde la Casa Comunal”. Una vez encendida, la población se alertó, “porque, aunque todavía no llovía por aquí, el agua se iba llenando en las calles” afirmó.

Son instantes que uno ve de frente a la muerte. Me acercaba a las paredes para apoyarme en algo. Quería subirme y había descargas eléctricas de los tomacorrientes. Me cogí de la cubierta y me acordaba de mis seres queridos, uno por uno pasaron sus imágenes por mi mente, como una película.

En ese momento escuché que corrían por la cubierta. Empecé a golpear. Ellos rompieron el eternit (techo de una casa sin loza). Me sacaron y volví a nacer. Había encarado la muerte.

Sobreviví de milagro. Yo quedé atrapado dentro de mi casa y fue muy rápido que subió el nivel del agua. Lodo, basura, escombros…arrasó con todo lo que encontró a su paso.

La alarma comunitaria, la preparación de la comunidad son claves en estos momentos. Pero más que nada, Quito es una ciudad muy expuesta a los riesgos, por lo que saber encararlos y mitigarlos es un deber de todos.

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