La calidad del agua de Quito también se siente en el sabor, olor y color

La Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps-Agua de Quito) garantiza la calidad del agua no solo mediante análisis fisicoquímicos y microbiológicos, sino también de pruebas organolépticas respecto al sabor, olor y color del líquido vital que llega a los hogares de los habitantes de la capital.

En el último año, pese a las dificultades generadas por la pandemia de la COVID-19, en el laboratorio de Control de Calidad del Agua no hubo tregua. En una de las salas, los jueces sensoriales catan el agua de Quito todas las semanas.

El silencio es casi absoluto. Una vez recibidas las instrucciones, Aníbal Bejarano, junto a dos de sus compañeros, empieza a probar las tres muestras de agua que debe valorar.

Al igual que sucede con la cata del vino o de café, en Epmaps, este grupo de personas se entrenaron para afinar sus aptitudes y convertirse en los primeros catadores de agua del país.

“Nuestra misión es cumplir los requisitos de la norma y lograr la satisfacción del cliente al momento de consumir el agua directamente del grifo”, afirma Gabriela Cabrera, jefa de la Unidad de Análisis Sensorial.

Explica que todos los cantadores realizan diferentes labores dentro del Laboratorio de Control de Calidad, ubicado en Bellavista. Aníbal, por ejemplo, es conductor, pero también se encarga de la toma de muestras de agua en fuentes, embalses, plantas de potabilización, tanques de distribución, y en los hogares.

“El agua potable tiene diferentes fuentes y tiene distintas características. Nosotros podemos determinar qué tipo de agua y de dónde viene solo con probarla”, sostiene Aníbal, al mostrar su satisfacción por cumplir una labor en la que Epmaps es pionera.

“Mi trabajo es gratificante, siento orgullo de realizar esta labor porque es una parte muy importante de todo el proceso de control para garantizar que el agua que consumen los quiteños pueden tomarla directamente de la llave, con un sabor y olor agradable”, añadió Aníbal, quien labora en Epmaps desde hace 21 años.

El análisis sensorial analiza el sabor y olor del agua de Quito de modo que resulten inobjetables ante la norma INEN 1108 que vela por el cumplimiento de los parámetros de calidad.

El instrumento de medición de los catadores son las papilas gustativas y, por tanto, debe ser bien cuidado para que no altere la percepción de sabores. Es por eso que evitan ingerir bebidas alcohólicas, café o alimentos muy ácidos o picantes, tampoco pueden fumar o usar productos que contengan perfumes; prefieren, por ejemplo, el jabón neutro. En el caso de las mujeres, durante la prueba, tampoco deben usar lápiz labial o maquillajes con olor.

Los valores registrados van del 1 al 5, siendo 1 el mejor resultado. Las calificaciones 4 o 5 reflejan insatisfacción del sabor (salado, metálico, amargo, etc.) y, por tanto, es objetable y requiere correctivos.

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