En el aire de Quito disminuye la presencia de contaminantes

Como es conocido por todos, la llegada del COVID-19, ha generado conmoción social y económica mundial, sin embargo, esto también ha provocado un respiro ambiental al planeta.

La disminución de los contaminantes emitidos a la atmosfera es evidente. Los compuestos nocivos para la salud de los seres vivos, como el NO2 o dióxido de nitrógeno ha reducido considerablemente su presencia en el aire de todo el DMQ, como consecuencia de la emergencia sanitaria declarada por las autoridades para impedir la propagación del coronavirus.

El NO2 ó dióxido de nitrógeno es el resultado de los procesos de combustión fósil, es decir, de derivados del petróleo que son principalmente ocasionados por los vehículos a diésel y gasolina. Por esta razón, es uno de los contaminantes que se encuentra presente, sobre todo, en las zonas urbanas.

Las mediciones entregadas semanalmente por la Red Metropolitana de Monitoreo Atmosférico, REMMAQ, muestran, de forma clara, que este efecto de disminución se extiende a lo largo de todo el Quito. Aunque las concentración y dispersión de estos gases nocivos son relativos a factores meteorológicos, como la lluvia y el viento, es probable, también que esto, se evidencie en los países donde se han adoptado medidas como el confinamiento social, la restricción de tránsito vehicular y la reducción de actividades industriales.

Las fluctuaciones en los valores medidos por las 9 estaciones meteorológicas de la REMMAQ, ubicadas a lo largo del DMQ, desde el inició de la emergencia sanitaria, demuestran que un alto porcentaje de los contaminantes proviene de la combustión de los derivados del petróleo, principalmente diésel y gasolina.

De aquí en más, el mundo entero no volverá a ser el mismo, las condiciones ambientales deberán adaptarse a un nuevo marco, donde se debe poner en práctica el uso de alternativas de generación de energía limpia, a través de fuentes renovables, amigables con el ambiente que eliminen la producción de gases de efecto invernadero.

Según datos de la ONU, a la contaminación ambiental se le atribuye la muerte de 4,2 millones personas en el mundo, debido a la exposición de la población a pequeñas partículas de contaminantes conocidas como PM2.5 que son una peligrosa mezcla de moléculas sólidas y líquidas de sustancias orgánicas e inorgánicas suspendidas en el aire (de 2.5 micrones o menos de diámetro) que causan enfermedades del corazón, de los pulmones y cancerígenas.

Las cifras registradas por la REMMAQ, demuestra cada vez más, que existen pruebas que demuestran la relación que existe en la contaminación del aire y el riesgo de padecer enfermedades cardiorrespiratorias.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *